segunda-feira, 30 de maio de 2011

Futuro de las CEBs o futuro del Vaticano II

¿Futuro de las CEBs o futuro del Vaticano II?

José Marins


1. Las respuestas que no llegan a las causas son inadecuadas
Antes de preguntarse sobre el futuro de las CEBs, hay que colocar la pregunta de fondo, de la cual depende la respuesta: ¿Hay futuro para el modelo eclesial del Vaticano II? Las CEBs tocan al vivo los desafíos centrales y urgentes identificados por Medellín y el Concilio. [1]Ellas fueron oficialmente presentadas por la II Asamblea General del Episcopado Latino Americano, reunida en Medellín (1968) cuyo objetivo ha silo el de encarnar el Concilio en América Latina y en el Caribe. Son por lo tanto, el micro nivel, que concretiza el macro evento conciliar, expresándolo con símbolos locales (inculturación) y llevando a la gente común y corriente de la Iglesia, a tener un papel hegemónico en la vida y misión de la comunidad de Jesús (Santo Domingo). [2]En el futuro de las CEBs está también en cuestión el futuro de la Iglesia en la base, en su expresión oficial, a nivel capilar. Si las CEBs no son la célula inicial de estructuración eclesial, de la Iglesia como sacramento (LG, 26), ¿qué lo es? Desde Medellín la Iglesia latinoamericana despertó esperanza por su primavera teológico-pastoral. Eso, infelizmente se cambió. Pronunciamientos y Posiciones eclesiásticas contemporáneas, revelan más bien una visión esencialista y centralizadora. De muchas partes se comienza a preguntar, sin ningún riesgo de seccionar el cuerpo eclesial, si no sería ya la hora de abrir nuevos polos de dinamismo con suficiente autonomía y descentralización. Si no sería urgente permitir al cuerpo eclesial mayor agilidad y capacidad de llegar donde la estructura parroquial, diocesana no ha conseguido hacerse presente como fermento evangélico a instancia de diálogo. Pero esas voces valientes “van en a contra-mano del trafico eclesial”, según la expresión de Carlos Mesters. Son mensajes que navegan contra viento y marea. La frase de Paulo Suess es oportuna: “Pez vivo sube el río; los peces muertos bajan con la corriente”. [3]

2. Originalidad es cuestión de sobrevivencia

Las CEBs o son lo que tienen que ser o van a desaparecer En la primera semana de Septiembre 2001, un grupo de teólogos y pastoralistas (cerca de 50), en La Rioja, Argentina, por ocasión de los 25 anos del martirio del obispo Angelelli, han colocado 4 hipótesis sobre el futuro de las CEBs:[4]

1.      DESAPARICIÓN ¿Van a figurar únicamente como una experiencia efímera del pasado pastoral?
2.      ELITISMO ¿Representarán una minoría eclesial, más “concientizada” y militante, con mayor experiencia de vida comunitaria y mejor preparación bíblica?
3.      DOMESTICACIÓN ¿Formarán un Movimiento eclesial más, con lugar asegurado en los organigramas pastorales? ¿Serán aceptadas como grupo parroquial para ejecutar tareas de ocasión, dentro del modelo dominante, como agencias de participación intra-eclesial o de compromiso social?

a) NIVEL ECLESIAL.

¿Van a sufrir una transformación profunda en su método y organización, en sus prioridades y lenguaje, sin dejar de ser la instancia inicial de estructuración eclesial, según Medellín?
Las tres primeras hipótesis han sido rechazadas de inicio. Unánime la opción por la cuarta hipótesis. Pero, se convino que la pregunta y su contestación no eran así de sencillas. En efecto, lo que está en cuestión no es lo elaborar una mera estrategia de sobrevivencia para las CEBs; o algunas de las funciones de ellas como el compromiso social, las celebraciones cultuales, los ministerios, el anuncio del Mensaje, etc. Lo que está en tela de juicio es la pequeña Iglesia como tal, el concepto bíblico-teológico-pastoral de la “eclesiología”, o sea de la Iglesia en su menor expresión.
Las CEBs son la Iglesia en pequeño (nivel de base de la Iglesia). Están ubicadas en lo que es constitutivo eclesial esencial iglesia Sacramento (LG, 26). No son del área de los carismas o de los servicios eclesiales.4 No se restringen a América Latina y Caribe, o únicamente a una cultura y/o a un momento histórico. Ellas son de ayer y de hoy. Lo más antiguo, porque retoman lo de las primeras comunidades cristianas y son al mismo tiempo lo más nuevo de la Iglesia, tan nuevo que todavía no están contempladas en el Código de Derecho Canónico. Si son llevadas a renunciar a esta identidad, no hay por qué seguir proponiéndolas.

3. IGLESIAS “CON” CEBs

CEBs como inspiración (signo), no tanto como hecho cuantitativo

1.      Limitaciones

Iglesia “con” CEBs es el esquema ambiguo de muchos documentos y autoridades eclesiásticas. Por eso no atinan cómo ubicarlas en los organigramas del CELAM, de las Conferencias Episcopales, de las diócesis y parroquias. Ora se las incluye en el apostolado de los laicos (pero ellas no son un movimiento laical, sino comunidad eucarística y el ministerio ordenado es su parte integrante). Ora son colocadas en el área del compromiso social, que es ciertamente una tarea de la Iglesia, pero las CEBs no se reducen a ese servicio. Ora están en los departamentos, secretarios o comisiones de misión, lo que tampoco alcanza a expresar cabalmente su identidad [5]
Otra limitación del modelo “con CEBs” es que en él se acepta la hegemonía de los movimientos. La parroquia, con pequeñas renovaciones, permanece como la instancia de base oficial. En ella hay CEBs, movimientos, servicios (línea de Sto. Domingo). La preocupación pastoral es la de no olvidarse de los movimientos y de darles un lugar apropiado al punto de casi ser alternativa a las CEBs. ¿Por qué? La respuesta a eso no es objetivo de este artículo [6]

2.      Valores

El modelo de Iglesias con CEBs, quiere darles un espacio pastoral. En teoría, no deben perder su identidad. Asumen variadas formas de organización y acción eclesial, según les es permitido por las autoridades y estructuras de turno.
Gozan de relativa autonomía de reuniones, ministerios propios y mantienen una efectiva comunión con la parroquia, encamando otro modelo eclesial, que es diferente y en algunos aspectos, opuesto al dominante. Sobreviven mientras son signo, es decir, una referencia inspiradora del Vaticano Il-Medellín [7]

4. Iglesias “de” CEBS y “desde” las CEBs

Objetivo a que no se puede renunciar, aunque sea a largo plazo La propuesta original y originante de Medellín, pasando por Puebla, a propósito de las CEBs, es irrenunciable. No importa cuánto tiempo va a tardar para que sea la referencia ordinaria de la pastoral. No es cuestión de tiempo, sino de autenticidad y calidad. El modelo histórico que despunta, conjuga cinco densidades eclesiales, o núcleos generadores, que son también tareas:

4.1. Núcleo sapiencial

Las CEBs son el lugar de la experiencia de la fe. Experiencia del encuentro con Cristo (Mysterion) y de ser su comunidad (eclesial). Esa experiencia espiritual-escatológica es fundamental, tiene primado sobre todo lo demás. [8]
Las CEBs son un espacio de misericordia y de comunión para los pecadores, los aplastados, los equivocados, donde tienen una nueva chance de revisar y “salvar” sus villas encontrándose con la palabra de Dios y la comunidad. La CEBs como CEBs es el Sacramento eclesial, con menos doctrina y más experiencia de Dios; menos moralismo y más amor; menos disciplina y más diálogo; menos temor y más alegría; menos insistencia sobre el deber y más propuestas atrayentes; menos burocracia y más libertad para acoger la vida y responder evangélicamente; menos catequéticas y más sapienciales. No serán solamente para los pobres, sino con ellos, desde ellos y como ellos, a estilo de Jesús, una Iglesia de todos, en todas las culturas y situaciones.
No existirán dos CEBs completamente iguales. Ninguna estará lista para ser colocada en un escaparate. Como Iglesia, serán comienzo y sumo, propuesta y desafío, mediación y primicia del Reino de Dios. Lo importante no serán las actividades, sino las prioridades. Tendrán una línea más evangelizadora que dé prestación de servicios sacramentales. Estarán muy cercanas al pueblo, cruzando las fronteras formales de la institución eclesial para llegar a los “confines de la tierra”. En el conocimiento y transmisión de la fe integrarán símbolos, parábolas, lenguaje de la cultura de la gente.

4.2. Núcleo de la Multiculturalidad

Las CEBs del futuro no serán solamente pluralistas, sino multiculturales y flexibles para acoger miembros de las diferentes culturas y de variadas experiencias religiosas. Eso no significa que, en sus comienzos, cada CEBs tendrá participantes de varias culturas. La barrera de la lengua, de los símbolos imponen la conveniencia de configurar CEBs de cada cultura y a seguir estableciendo otras instancias en las cuales las diferentes culturas puedan encontrarse en torno a tareas, responsabilidades, objetivos más amplios y de conjunto. La multiculturalidad supone que los ministros ordenados surjan de la misma realidad cultural a cuyo servicio estarán o por lo menos se esfuerzan por aprender la lengua de la gente de su comunidad, que tengan contacto directo con sus países de origen, que puedan entender y apreciar su idiosincrasia sin querer colocar a la gente en una licuadora pastoral.
La multiculturalidad no solamente pedirá que todos los cargos y responsabilidades en la gran Iglesia puedan ser ejercidos por su gente, que para eso tenga cualificación, sino también tiene derecho a que las celebraciones litúrgicas, la catequesis estén más de acuerdo con sus símbolos, cánticos, tradiciones, interpretaciones de la Palabra de Dios; queda claro y seguro que, en todos los casos, la pertenencia a la Iglesia es por la fe y participación más que por mera tradición cultural. La originalidad de las CEBs ha sido la de traer la realidad de la vida al cotidiano de la Iglesia y de llevar la fe a la vida, exigiendo coherencia de la vida individual, comunitaria, política, etc., con el proyecto de Dios, el Reino. Haciendo que la gente común y no solamente los líderes serán los que dialogan con la sociedad [9]

4.3. Núcleo de la colegialidad

Las CEBs serán siempre un modelo de Iglesia comunión. Por eso, en todo su ser y actuar, desarrollan lo colegiado en los liderazgos de base, en los diferentes servicios ministeriales, en la coordinación. Por la pequeña comunidad y en ella los bautizados aprenden a tomar parte de manera sistemática y crítica en todas las etapas de un proceso pastoral, es decir, en su elaboración, decisión y evaluación. Son también iniciados (motivados, entrenados, acompañados) a tomar compromisos sociales, particularmente a participar de iniciativas referentes a la ciudadanías, a un nuevo proyecto social, a todo lo que se refiere al bien común.
La comunidad es sujeto eclesial:

-          Siendo canal privilegiado para la expresión de lo que se denomina el Sensus Fidelium, o sea la tradición viva de fe de los creyentes, dimensión que, al lado de lo Bíblico-Revelado y del Magisterio, no puede faltar a la Iglesia,
-          Manifestando que la fe es una aventura comunitaria y que el seguimiento de Jesús así como la misión son tareas colegiadas,
-          Educando para la mutua ayuda entre sus miembros y de la CEBs en relación al conjunto de la Iglesia;
-          En la responsabilidad solidaria con toda gente en una constante apertura hacia la vida. La religión que no llega a la vida, es como un tornado, que gira en tomo a si mismo y destruye instancias importantes de vida porque no hace creyentes, sino fanáticos.

4.4. Núcleo de la oficialidad

El nuevo paso en el futuro de las CEBs  [10] está en tomo a lo que se puede llamar de oficialidad. En otras palabras ellas necesitan tanto del estatuto teológico que le ha silo dado por el Magisterio, como de un estatuto jurídico, o por lo menos un espacio jurídico que sea coherente con su identidad bíblica, teológica y pastoral.
Es necesario darles un mínimo de “seguridad eclesial” y estructuras “oficiales” para que no vengan a depender de la simpatía o antipatía de los responsables de turno. Para que no sean Iglesia paralela o apéndice eclesial.
En este modelo, diferente del “PARROQUIA CON CEBs” la comunidad parroquial se estructura consciente y oficialmente, a partir de las CEBs. Son ellas las que imprimen el carácter de modelo de “Iglesia comunión” y misión a la parroquia. Los Movimientos y Asociaciones no son los sujetos referenciales de la pastoral de conjunto. La vocación de las CEBs es de ser el espacio eclesial de comunión para todos, en el cual las diferencias se complementan al servicio de la misión común.
Las CEBs estarán al frente de un área geográfica o funcional. Allí tendrán la responsabilidad de contactar, conectar y articular a los bautizados católicos. No se trata de llevarlos de inmediato a la parroquia, sino de que recuperen su densidad cristiana. Eso acontecerá por la pertenencia a una comunidad de raíz, es desde donde serán introducidos en los ambientes más amplios de la Iglesia y de la sociedad. [11]
Por el momento, esa nueva estructura mínima está conformada,

-          A nivel mas amplio, por: a) un consejo parroquial o zonal de CEBs, b) asambleas generales de CEBs, c) equipos nacionales de asesoría y amación;
-          En cada CEBs: a) por un grupo central o animador que se reúne semanalmente para reflexionar sobre su realidad y misión a la luz de la palabra de Dios; para evaluar sus actividades y objetivos; para rezar comunitariamente; para la convivencia fraterna. b) Por los bautizados católicos del área para los cuales el grupo central viene a ser la articulación eclesial, la referencia de Iglesia. Eso acontece progresivamente. El grupo central ejerce un ministerio colegiado en relación a los bautizados de su área
-          Visitándolos en sus casa, 5 ó 6 veces al año, no se trata de invitarlos a la parroquia, ni de ofrecerles literatura religiosa, menos todavía pedirles ayuda económica. Es una oportunidad de establecer contactos personales y, cuando es el caso, presentarles una carta de identidad dada por el párroco;
-          Motivándolos a participar en alguna celebración del calendario nacional o litúrgico, o para tratar de algo que les interesa como la violencia en el barrio, el asedio de las drogas, celebración de cumpleaños, o para acciones solidarias, etc.

En esta primera etapa de relacionarse, que puede durar hasta algunos anos, se procura escuchar las historian personales y sociales de la gente, conocer las culturas y sub-culturas.
Una segunda etapa es la de escuchar las historias de Dios (contacto progresivo y adecuado con la Palabra de Dios). Siguiendo se puede escuchar las historias de nuestros antepasados en la fe. Poco a poco, el grupo se hace comunidad de fe comprometida, orante, articulada. Lo ecuménico, lo político, lo misionero, lo litúrgico, lo bíblico, el servicio a los pobres, van siendo parte de la villa de esa comunidad, pero mucho más de manera asistemática que estructurada.
En algunas regiones los obispos ya han autorizado que algunos sacramentales (ceniza, ramos, bendiciones, agua bendita, etc.) y aún el bautismo se hagan en la misma CEBs y por los ministros de ella.

4.5. Núcleo del micro proceso en cadena. Una red-de-comunidades

Las CEBs por naturaleza son racimos y redil. Comprueban la absoluta necesidad del micro proceso, pero no lo piensan aislados, sino en cadena.
El micro proceso concentra la Iglesia, pero no la agota. Descentraliza geográfica y ministerialmente, sin dispersarla [12] Más que una nueva estructura exitosa, es un modelo de permitir que la gente sea Iglesia y no solamente los clérigos o los que tienen algún ministerio eclesiástico [13] Ellas van permitir a los bautizados asumir las referencias fundamentales de su fe y misión, pero privilegiando:
1.      Un lenguaje eclesiástico más popular;
2.      La pasión por la Biblia, rezada en comunidad y referencia importante, juntamente con el magisterio para las decisiones comunitarias.
3.      La agenda de la villa no solamente las fechas del calendario eclesiástico (cincuentenarios, campanas económicas, etc.).
4.      Pertenencia más global a la Iglesia como sacramento no tanto por la participación en algunos de los sacramentos o culto dominical.
5.      El ecumenismo práctico dada la situación siempre creciente de familias que se quedan divididas por las diferentes opciones de pertenencia de sus miembros a diversas tradiciones cristianas.
6.      La apertura para la mujer, coordinar células eclesiales en nombre de la Iglesia y como miembro de un equipo colegiado.
7.      La frontera, donde no basta la estructura de la institución, porque lo que cuenta es la villa. La frontera que “duele” porque deja inseguro, vulnerable, limitado. Pero, como dice Roselyne De Wilde [14]la frontera es un lugar impresionantemente rico. Provoca una participación eclesial y política que no es una participación cualquiera, sino la de la frontera”.

La parroquia

1)      seguirá siendo la referencia eclesial para los bautizados que todavía no se han integrado en las CEBs, reuniéndolos y educándolos en torno a una Pastoral de Conjunto. Esto es particularmente importante para las personas que vienen de la experiencia de movimientos y otros grupos apostólicos porque se trata de “convertir” el movimiento a la parroquia y no la parroquia al movimiento.
2)      Motivara a los bautizados para progresivamente constituirse en CEBs, acompañándolos en su proceso de crecimiento eclesial.
3)      Reconocerá las CEBs que vayan surgiendo,

a.       Facilitándoles la comunión eclesial más amplia [15] con los diferentes movimientos, asociaciones, servicios y pastorales de la Iglesia Diocesana, a través de un consejo pastoral formado por la coordinación de las mismas CEBs;
b.      confirmando el mandato de presidirlas a un equipo de coordinación;
c.       garantizando una formación fundamental y permanente para los responsables y para los miembros de las CEBs;
d.      animando para haya celebraciones dominicales de la Palabra, donde la CEBs no tiene posibilidad de la Celebración Eucarística;
e.       instituyendo, cuándo la comunidad gana madurez eclesial, ministros extraordinarios para el bautismo, etc.

5. Después del 11 septiembre

Lo que no es de Dios no sobrevivirá
Los eventos del 11 de Septiembre manifestaron cómo la religión y la teología subyacen a los principales conflictos mundiales…. La importancia de la religión fue quizás completamente olvidada por los estrategas de las políticas mundiales” [16]

A.    En el panorama mundial ya se manifiestan tendencias que van afectar el futuro de las CEBs:
Expansión masiva del modelo capitalista liberal que no será solamente hegemónico, sino que llegará a ser criterio de seguridad nacional y personal
[17] Una conciencia ingenua y alienada será impuesta y triunfará. Pueblos, razas, eventos serán interpretados con el criterio simplista de “buenos y malos”, “Occidente y Oriente”, “ciudadanos y extranjeros”, “fuerzas del bien-orden-paz y terroristas”. Como en las películas del viejo Oeste: ¡caballería a indios; cowboys listos y mexicanos tontos! La humanidad no conocerá neutralidad o medios términos: o aliados o enemigos. Las confesiones religiosas que no hagan parte del sistema, serán consideradas pactando con los adversarios (los malos que deben ser exterminados).
B.     El sistema dominante se volverá más represivo. Estará legalmente autorizado a ejercer vigilancia constante no solamente sobre las acciones, sino también sobre las palabras y pensamientos de los ciudadanos y sus asociaciones, también religiosas. El miedo del terrorismo va a generar mutua vigilancia entre las personas, dentro de las mismas familias y la auto-vigilancia que cada quien, comenzará a ejercer sobre su propia villa. La vigilancia va a caer fuertemente sobre personas y grupos religiosos de cultura diferente y minoritaria. El ecumenismo y el dialogo religioso van a retroceder.
C.     El fundamentalismo tocará el área jurídica y religiosa, no solamente fuera de la Iglesia católica. La ética y la religión serán domesticadas. Cualquier pregunta o duda será pronto interpretada como “infidelidad”, subversión, amenaza. De cara a la impotencia de cambiar macro realidades, en un sistema que tiende a ser policíaco y al mismo tiempo alienante, aumentara la búsqueda de soluciones milagrosas y la explotación de la religiosidad popular. Las religiones van a alejarse de los problemas reales y buscar esferas “espirituales” distantes de la villa cotidiana.
D.    El clima será propicio para centralismos de derecha. Las decisiones serán de las autoridades mayores. Tendrán como criterio decisivo lo económico (la bolsa de valores, el bienestar económico de los países vencedores). La gente, por supuesto, no aspirará a ser sujeto de la historia.

6. Conclusión

Lo positivo sería mayor, pero pasando por is prueba
Las comunidades cristianas van a explicitar de manera más directa y operacional las dos referencias básicas del cristianismo que son las que precisamente lo hacen universal, punto de encuentro para todos: La primera es la opción por el Dios único, manifestado por Jesús. Dios opuesto al mamón (tener, poder, placer, ídolos de la sociedad neo liberal globalizada y hegemónica. La segunda, la opción por la causa de los necesitados [18]
El futuro de las CEBs no es algo que va a caer sobre ellas, sino lo que ellas se proponen cumplir. Para ser fiel a la propuesta de Dios en Jesús, la Iglesia y sus CEBs no podrán evitar las opciones que las esperan.
Como en el famoso romance, Jesús le preguntará a su Iglesia, como cuestionó a Pedro que otra vez se escapaba: ¿Quo vadis? Al reabrirse del Coliseo, ¿aceptará las nupcias neo-constantinianas resucitando sueños de cristiandad o volverá a las catacumbas? De Pedro Casaldàliga tomamos los versos:

Es tarde, pero es nuestra hora
Es tarde, pero es todo el tiempo que tenemos a mano para hacer futuro.
Es tarde, pero somos nosotros esta hora tardía.
Es tarde, pero es madrugada si insistimos un poco.



[1] Según Paulo Suess, “Medellín a os sinais dos tempos”, Convergencia novembro 2001, Pág. 546, las senales acogidas y emitidas por Medellín, sus apciones, no apuntan hacía resultados, sino hacía tareas permanentes. Con él, otros teólogos de América Latina, como Comblin, José Sánchez, Roberto Oliveros, Carlos Bravo… concluyen que el tiempo de Medellín ha sido el de las voces proféticas. El después de Medellín ha sido el tiempo de los mártires. Ahora es la mediocridad a pocos pasos del fundamentalismo y del populismo.
[2] Los contenidos fundamentales del Vaticano II son lo central de la vida de las CEBs: la perspectiva del Reino; la dimensión comunitaria en sintonía con el misterio Trinitario; la jerarquía a servicio del Pueblo de Dios y no lo contrario; la solidaridad de la Iglesia con todo el genero humano y su historia (Gs, 1); y como sacramento universal de comunión y unidad (LG, 1); la Iglesia como comunidad misionera y misión comunitaria (Ad Gentes); la apertura al diálogo ecuménico y inter-religioso (Unitatis Redintegratio, Nostra Aetate); la opción por los pobres que, en la propuesta del Card. Lercaro, pudo haber sido el tema central del Concilio y en el discurso introductorio de Juan XXIII gana un lugar decisivo.
[3] José Comblin, en “Custos, quid de nocte, escribió: “Se cortaron todas las salidas y la Iglesia católico romana se encerró en una autoglorificación permanente que quita de sus autoridades cualquier espíritu crítico y cualquier sentido de realidad… (hay) inercia, mediocridad, falta de iniciativas y de creatividad por falta de estimulo. La Iglesia habla para si propia. Otros autores van en la misma línea. Entre ellos: - Jung Mo Sung, La crisis del Cristianismo y la crisis del Mundo. (Internet), junio 2001. Juan José Tamayo-Acosta, Un Concilio para el siglo XXI, Biblioteca koinonia, 23 de mayo 2001. José Sánchez Sánchez. La Iglesia en momentos de transición. Encuentro asesores CEBs en México, Octubre 2001. Aloysio Pieris, SJ, Universalismo del Cristianismo. Internet 2001-12-17. Paulo Suess, Medellín a os sinais dos tempos. Convergencia, Nov 2001, Pág. 532. José María Díez-Alegría, dice: “Alfredo Fierro en su libro (”Sobre la religión”), afirma que el cristianismo histórico ha sido siempre una realidad compleja. Ha tenido dos caras: la iglesia institucionalizada (plural, a su vez), y los grupos proféticos (correspondientes de algún modo a lo que Jesús significó), que han existido en todos los momentos de la historia, unas veces como sectas heréticas en abierta ruptura con las iglesias, otras como corrientes subterráneas y marginales en el interior de las mismas. Y añade que este sector profético ha sido más amplio e importante en la realidad del cristianismo de lo que la historia narrada del mismo deja entrever. Porque el sector institucional ha tenido interés en que se borrara de la “memoria histórica” la inextinguible existencia de un cristianismo profético. Pero, a pesar de todo, queda en pie el hecho de que un balance de conjunto del cristianismo en la historia responde más bien a la síntesis escalofriante trazada por Kisemann. (José M.Díez-Alegría, La gran traición”, en Rebajas Teológicas de Otofio. Desclée de Brower, Bilbao 1980, cap. 7). Jesús Pelaes, El Evangelio y la Iglesia. Conf. Apertura XVI Congr. Teología de la Asoc. Teol. Juan Kevin Trenton, Visining a future Church, ed. Creation Enterprise, Brisbayne, Australia.  Leonardo Boff, Papel de las religiones en las políticas mundiales. Nov. 2001.

[4] Los Documentos del magisterio han explicitado características específicas de las CEBs: Medellín las reconoce como célula inicial de Iglesia, Med 10,15. La terminología pastoral que se pasó a usar es de que son un nivel eclesial, que concentra la comunidad y la hace visible y efectiva en cada área geográfica o funcional. Puebla trata como una sola unidad, la diócesis, la parroquia y las CEBs.  Santo Domingo cediendo a presiones, después de proclamar que reafirmaba todo lo de Medellín, acabó por colocar las CEBs entre los movimientos. Las encíclicas papales y sínodos episcopales que tratan del tema, repiten las afirmaciones sobre la importancia de las CEBs, sin trabajar los elementos teológicos que especifican su naturaleza. La Conferencia de los Obispos de Brasil, la carta pastoral del Arzobispo de Adelaide, Mons. Leobard Faulkner van en la misma línea de Medellín y Puebla. El documento brasileño avanza todavía más que las dos Asambleas Generales del Episcopado Latino Americano mencionadas, una vez que aplica el n. 26 de Lumen Gentium a las CEBs.

[5] La Conferencia de Brasil desde 1965 las tiene en lo que se llama línea 1, es decir la unidad visible de la Iglesia (diócesis, Parroquia, CEBs), coincidiendo con la organización del documento de Puebla que siempre coloca juntos los tres niveles eclesiales (diócesis, parroquias y CEBs) y reserva a los laicos, a los movimientos, a la misión, a la catequesis, otros lugares en el texto unitario de las conclusiones de esa III Asamblea General del Episcopado Latino Americano.
[6] Supondría un trabajo mas largo y que va siempre a mencionar: los errores estratégicos de algunas CEBs en países de América Latina particularmente en lo que se refiere a las confrontaciones en tiempos de las dictaduras militares; o los casos anecdóticos y minoritarios de CEBs del primer mundo que han sido iglesias contestatarias y subterráneas, lo que jamás ha sido la línea de la experiencia latino americana; o también los rumbos que el conjunto eclesial romano ha tomado en los últimos 20 años a punto de que, de muchas partes, hasta en el último sínodo episcopal (2001) se levantan voces cualificados pidiendo un nuevo concilio ecuménico.
[7] Mantienen la perspectiva del Reino; son señal de lo comunitario de la Iglesia “samaritana y santuario”, para usar la expresión de Ronaldo Mufioz; fermento en la vida; fiel al método original de ver, juzgar, actuar, evaluar, celebrar; inspiran estructuras y ministerios colegiados — equipos, rotatividad de los líderes, consejos, asambleas, consejo de CEBs para mutuo apoyo entre ellas; buscan asesoría local, regional o internacional en línea de formación continua que trabaja la cabeza, corazón, manos y pies, valores y estructuras; mantienen la opción evangélica por los pobres, entendidos no solamente como clase social, sino como género, raza, cultura, naturaleza, y en la modalidad de sujetos, según la orientación de Puebla.

[8] Una de las virtudes de las CEBs es la liviandad (agilidad) para modificarse, adaptarse, enriquecerse. No tiene el entrabe de pesadas estructuras que sofocan y hunden; (CEBs de Quilmes, Argentina).
[9] En el decir de Clodovis Boff, “lo social no puede ser todo, no es el cimiento de la comunidad, ni aún su complemento, sino que es precisamente el desarrollo de lo que es, de hecho, lo central, o sea, la fe en Jesucristo” (Curitiba, 4 Dezembro 2000, carta a la Hermana Teolide M. Trevisan).

[10] Experiencia que ya tuvieron anos de práctica en Apucarana, Pr (Brasil), Riobamba (Ecuador), S. Félix do Araguaia (Brasil), Ciudad Guzmán, Jal (México) y en modalidad diversa en Honduras con la Celebración de la Palabra de Dios y sus Delegados.
[11] Como los dedos, son diferentes en tamaño y están en lugares diferentes, pero existen para ser mano o pie.

[12] Las CEBs no van a constituirse en grupos paralelos o en oposición a la jerarquía eclesial. Esto sería negar su propia identidad. En la dominación globalizante del modelo neoliberal, se privilegia los macro procesos. Igual pasa en lo eclesial — visitas papales, congresos, celebraciones multitudinarias. Este aspecto tiene su importancia y no puede ser descuidado. Sin embargo, sin los micro procesos, se pierden, porque no se encarnan, ni tienen condiciones de continuidad. Los micro procesos ayudan a pasar de los eventos al proceso. La Iglesia no es un evento, es un proceso sacramental en función del Reino.
[13] “Desde los excluidos vamos constituyendo el tejido inicial de la consistencia eclesial. Eso se hace con procesos lentos y pequeños” (CEBs de Quilmes).
[14] . Ex religiosa contemplativa, laica, mujer, extranjera, pobre, acercándose a la tercera edad, enfermera profesional, miembro de CEBs en Quilmes, Argentina
[15] Las CEBs son el intento y oportunidad histórica de no oponer los dos polos eclesiales de que nos hablan teólogos contemporáneos: el del poder eclesial oficial y el de las comunidades proféticas. Las CEBs buscan hacerlos complementares;
[16]  Leonardo Boff, “Papel de las religiones en las políticas mundiales”, Servicio Inf. Ali-Am Latina. Agencia L.A. dé noticias.
[17] Se traduce sell de justicia por “sed de democracia liberal, en el marco legal de derecho individualista; estabilidad política por asegurar zonas en que se tenga la mano de obra barata, en el marco de la falta de derecho sindical, a fin de que las multinacionales puedan invertir sin problemas (Aloysio Pieris, ¿universalidad del cristianismo?).

[18] Aloysio Pieris, SJ, en Vidyajyoti (Journal of Theological Reflection), Delhi, oct. 93, lo presenta del siguiente modo: “Jesús encarna la espiritualidad común a todas las religiones (libertad frente a las apetencias). El es la encarnación del comprómiso público de Dios con los pobres para asegurarles estas liberaciones (libertad frente a las carencias). Ref.: Misiones extranjeras, n. 188, Marzo-Abril 2002, pp. 140-151.


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