sexta-feira, 15 de julho de 2011

Bispos USA,Mexico,America Central sobre Migrantes


Obispos de Centroamérica, el Caribe y Norteamérica sobre migración

Declaración de la reunión celebrada en San José de Costa Rica[1]

Nosotros, Obispos católicos responsables de las comisiones de movilidad humana reunidos en San José, Costa Rica, del 1 al 3 de junio de 2011, unidos a religiosos, religiosas, laicos, laicas, participantes de CELAM y de Cáritas Internacional, comprometidos con la realidad migratoria, expresamos nuestra solidaridad con nuestros hermanos y hermanas que migran en busca de una mejor vida en esta región.

Testigos del gran sufrimiento que viven las personas migrantes de nuestros países y regiones, quienes son víctimas de explotación y abuso por parte de varios actores (funcionarios públicos, empleadores sin escrúpulos y organizaciones criminales), nuevamente exigimos a nuestros gobiernos hacerse responsables de la protección legal a los y las migrantes, incluyendo a quienes buscan trabajo, solicitan asilo, refugio y han sido víctimas de Trata de Personas. Pedimos especial atención y protección para familias, mujeres y niños.

Reconocemos el derecho de soberanía de las naciones para legislar sin embargo, consideramos injustas e inhumanas y, por lo tanto, objeto de cambio o supresión, las leyes que provocan la separación de familias migrantes, detenciones arbitrarias y amenazas a la vida. Todas estas consecuencias se ven reflejadas en:

El incremento de la violencia en los secuestros por parte del crimen organizado de las personas migrantes. El dramático incremento de secuestros y homicidios de migrantes en México, cometidos por organizaciones criminales, demandan una respuesta urgente.
La masacre de 72 migrantes en Tamaulipas, México, el año pasado y los descubrimientos más recientes de más de 200 personas –muchas de ellas migrantes-en el norte de México, representan una terrible tragedia que ha recibido poca atención por parte de las autoridades gubernamentales.

Estos asesinatos y secuestros continúan en la impunidad. Las personas migrantes que han sido secuestrados y luego liberados han experimentado traumas severos y todavía no reciben ningún tipo de atención ni servicio; ellas deberían recibir cuidado específico para víctimas en México o en su país de origen. Exigimos a nuestros gobiernos que trabajen juntos para reducir el peligro que padecen las personas migrantes y que castiguen a los responsables de estos crímenes. Hacemos un llamado a los gobiernos y nuestros hermanos a concientizar a las personas migrantes sobre la peligrosidad de las organizaciones criminales que operan en México y a no dejarse engañar por ellas.

El incremento en las deportaciones entre Estados Unidos y México. El gobierno de Estados Unidos apoyado por su Congreso ha deportado una cantidad record de migrantes en los últimos dos años, a pesar de la petición realizada por la Iglesia Católica, para trabajar en la reforma de la ley de migración que incluiría la legalización de los trabajadores indocumentados y sus familias. Urgimos al Gobierno de los Estados Unidos cambiar el curso de sus acciones y proteger a los migrantes y sus familias independientemente de su status migratorio.

De la misma manera, en México han aumentado las deportaciones, los migrantes han recibido un duro tratamiento y casi nulo acceso al debido proceso. El Gobierno mexicano pierde credibilidad cuando busca protección para sus ciudadanos en otros países pero no la provee para los inmigrantes en México.

La tragedia de la Trata de Persona. Aquellos que viven en pobreza continúan siendo víctimas de la Trata de Persona en nuestro hemisferio, sobre todo representan un alto grado de vulnerabilidad los niños y niñas migrantes no acompañados, que en muchos casos son víctimas en los países de tránsito y destino. Ciertamente se han realizado pasos importantes en los últimos diez años para enfrentar este problema humanitario que no son suficientes. Expresamos nuestro apoyo a los esfuerzos contra la Trata de Personas y el aumento en la atención de víctimas. Urgimos la vigilancia de parte de los gobiernos y nuestros compatriotas en la lucha en contra de esta tragedia hasta que sea eliminada de nuestro hemisferio y del mundo entero.

Crecimiento de la inequidad económica. Como hemos sostenido en el pasado, la solución a la migración es el desarrollo y las oportunidades económicas en todo el hemisferio, de tal manera que las familias puedan encontrar trabajo y vivir con dignidad en sus países de origen. Mayor atención debe ponerse a la inequidad económica, especialmente cuando la integración económica y los acuerdos de libre comercio son abordados entre países del hemisferio.

Estos acuerdos favorecen algunos sectores económicos pero excluyen a otros. Un gran número de trabajadores, particularmente en las zonas rurales pobres en los países en desarrollo, frecuentemente son despojados de su medio de subsistencia debido que tales acuerdos no toman en cuenta sus intereses.

Más importante aún, es que los gobiernos del hemisferio provean y fomenten la inversión social y pongan su atención en la creación de empleos y la satisfacción de necesidades de salud, educación, vivienda y seguridad social. El desarrollo económico y social sostenible debe ser la meta más importante del hemisferio.

Los efectos de la globalización en las personas. Vivimos en un tiempo en que los bienes, el capital y la comunicación se intercambian globalmente en poco tiempo. Sin embargo, las personas en movimiento que proveen de fuerza de trabajo para mantener el crecimiento económico no reciben protección legal. Nuestros gobiernos no pueden continuar beneficiándose del trabajo de las personas sin documentos sin ofrecerles protección legal.
Los países de origen se benefician enormemente de las remesas enviadas por los migrantes, pero sin compromisos verdaderos que transformen la realidad de las personas migrantes y sus familias, a través de obras de desarrollo y promoción humana integral, para ellas y las comunidades. Los países de destino obtienen beneficios del trabajo de los migrantes pero se resisten a darles protección y en ocasiones los utilizan como objetos durante los procesos electorales. Las autoridades en países de destino también someten a los migrantes a duros y difíciles procesos migratorios y no los protegen de la explotación y el abuso, permitiendo con ello el irrespeto de la dignidad de la persona.

En tanto que es un tema moral, esta situación no puede continuar. Urgimos a las naciones que no han ratificado la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Trabajadores Migrantes y sus familias, aprobarla y armonizar su legislación, y crear políticas públicas que reflejen el espíritu de la Convención para las personas migrantes independientemente de su status migratorio.

El incremento en las amenazas a agentes de la Pastoral de Migrantes en su carácter de defensores y defensoras de derechos humanos. Este es un drama que ha aumentado en México, como una cacería para tantos hombres y mujeres cuya labor pastoral hermana y solidaria, se ha convertido en amenaza, sobre todo para la bandas criminales y algunos funcionarios coludidos con ellos, que han perdido el sentido de ver a la persona y ven en el migrante una mercancía de lucro.

Algunos agentes de la pastoral, pese a encontrarse con amenazas de estos criminales, han asumido su compromiso de fe con valentía y han defendido con su propia vida y con celo a los migrantes, como el pastor defiende a la oveja del lobo que se la quiere tragar.
A estos hermanos/as les agradecemos su testimonio de fe, les exhortamos a seguir siendo fieles al Señor Jesús; al mismo tiempo, urgimos a las autoridades correspondientes fomentar, respetar y reconocer los santuarios de migrantes, que lo único que buscan es ser una Casa Grande donde todos/as son hermanos y hermanas, hijos/as de un Padre común.
El proceso de recuperación de Haití. Urgimos la continua colaboración para la recuperación de Haití, la nación más pobre del hemisferio, tras el terremoto de enero de 2010.

Apremiamos a las naciones a proteger a los haitianos que residen en su territorio y a continuar la asistencia económica a Haití. Felicitamos a las naciones que ofrecen protección ampliada para los haitianos en sus territorios.

Sin embargo, nos preocupan las nuevas deportaciones de migrantes haitianos hacia Haití en un contexto de inseguridad económica y política. Las naciones que han renovado las deportaciones deberían detenerlas hasta que Haití se recupere y esté en condiciones de recibirles.
Como Pastores y acompañantes, continuaremos defendiendo los derechos de los migrantes en nuestro hemisferio y visibilizando sus necesidades. Mientras apoyamos la implementación de la ley en nuestros países también trabajamos para que estas leyes sean justas para todos los seres humanos, especialmente para aquellos que no tienen poder político ni tienen quién les represente. Pedimos a los católicos y a todas las personas de este hemisferio que nos acompañen en esta tarea. Llamamos a los católicos a acoger a los migrantes, actitud que forma parte de nuestra fe y nuestro compromiso cristiano.

Como seguidores de nuestro Señor Jesucristo continuamos “acogiendo al extranjero” tal como él nos enseño: haciendo vida la escena de la persona que cae en manos de bandidos y el paso de una buena persona, que hace las veces de Jesús: vendó sus heridas…y cuidó de él (Lc. 10, 25­37), e invita a hacer lo mismo: cuida de él, porque “lo que hayas hecho a uno de nuestros pequeños, me lo hiciste a mí (Mt.25, 35-40).



+ Ángel Sancasimiro, OAR
Obispo de Alajuela
Responsable de la Movilidad Humana
Conferencia Episcopal de Costa Rica

+ Rafael Romo Muñoz
Arzobispo de Tijuana
Responsable de la Movilidad Humana
Conferencia Episcopal Mexicana

+ Pedro Valera Sever
Obispo Aux. Arquidiócesis de Panamá
Responsable de Pastoral Social
Conferencia Episcopal de Panamá

+ Anthony B. Taylor
Diócesis de Little Rock, Arkansas
Conferencia Episcopal de Estados Unidos

+ Pedro Hernández Cantarero, CMF
Obispo del Vicariato de Darién
Encargado de Migración
Conferencia Episcopal de Panamá

+ Álvaro Ramazzini Imeri
Obispo de San Marcos
Responsable de la Movilidad Humana
Conferencia Episcopal de Guatemala

+ Joseph Bonello, OFM
Obispo Coadjutor de Juticalpa
Responsable de la Movilidad Humana
Conferencia Episcopal de Honduras

+ Raúl Vera López, OP
Obispo de Saltillo
Conferencia Episcopal Mexicana






[1] SAN JOSÉ, sábado, 2 de julio de 2011 (ZENIT.org).- Publicamos la declaración de los obispos católicos participantes en la reunión sobre migración en Centroamérica, Norteamérica y el Caribe, emitida el 3 de junio en San José de Costa Rica.

Reflexion Biblica, muy original






La espera de Raham

Oscar Campana
Mc 2,1-12
Mc 2 1 Unos días después, Jesús volvió a Cafarnaúm y se difundió la noticia de que estaba en la casa. 2 Se reunió tanta gente, que no había más lugar ni siquiera delante de la puerta, y él les anunciaba la Palabra. 3 Le trajeron entonces a un paralítico, llevándolo entre cuatro hombres. 4 Y como no podían acercarlo a él, a causa de la multitud, levantaron el techo sobre el lugar donde Jesús estaba, y haciendo un agujero descolgaron la camilla con el paralítico. 5 Al ver la fe de esos hombres, Jesús dijo al paralítico: “Hijo, tus pecados te son perdonados”. 6 Unos escribas que estaban sentados allí pensaban en su interior: 7 “¿Qué está diciendo este hombre? ¡Está blasfemando! ¿Quién puede perdonar los pecados, sino sólo Dios?”. 8 Jesús, advirtiendo en seguida que pensaban así, les dijo: “¿Qué están pensando? 9 ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: ‘Tus pecados te son perdonados’, o ‘Levántate, toma tu camilla y camina’? 10 Para que ustedes sepan que el Hijo del hombre tiene sobre la tierra el poder de perdonar los pecados 11 –dijo al paralítico– yo te lo mando, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa”. 12 Él se levantó en seguida, tomó su camilla y salió a la vista de todos. La gente quedó asombrada y glorificaba a Dios, diciendo: “Nunca hemos visto nada igual”.
Cuatro hombres llevaban a un paralítico. No uno o dos. Cuatro. Pensemos que, como Zaqueo, el paralítico quería ver a Jesús. Y si Zaqueo no podía por su estatura –también, como el paralítico, “a causa de la multitud”–, en este caso era imposible subirse a un árbol. O a un techo. Por eso necesitó de cuatro hombres. ¿Cómo habrá sido aquello?
Unos días antes el paralítico, que se llamaba Raham (que en hebreo significa “amigo” y “compasivo”), escuchó hablar en su pueblo, Corazín, de lo que un tal Jesús de Nazaret venía haciendo por la región. Sintió arder su corazón cuando le refirieron las palabras del profeta Isaías que se atribuyó en la sinagoga de su pueblo: “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado por la unción. Él me ha enviado a llevar la buena nueva a los pobres, a anunciar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, a dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor.”
No pudo menos que recordar cuando siendo casi un niño se sumó, junto a su padre, a la rebelión de Judas el Galileo, en el que tantos creyeron ver al mesías esperado. En el asalto a la guarnición romana de Séforis su padre perdió la vida y él, al caer del caballo, se partió la espalda. Cuatro amigos de su padre, sobrevivientes de aquella batalla, lograron rescatarlo y llevarlo de nuevo a su pueblo.
En los difíciles días que siguieron, junto al dolor y la creciente resignación que invadió su vida, hubo una luz de esperanza: en un sueño su padre le dijo que un día volvería a caminar, junto con todo Israel, cuando un mesías distinto se presentara ante ellos no con la fuerza de las armas sino con la de la palabra del Señor. En medio de tantas cosas nuevas en su vida, Raham no terminó de entender las palabras de su padre en el sueño. Y aunque las seguía guardando en su corazón, no sabía que un día, veintidós años después, las entendería para siempre.
“Quiero verlo”, le dijo a sus amigos más cercanos. Así fue que se juntaron los cuatro hijos de aquellos cuatro amigos de su padre que le habían salvado la vida. Un vecino les facilitó un carro para hacer más fácil el trayecto. En el carro pusieron la camilla en la que Raham era traslado las pocas veces que salía de su casa.
Tras el duro camino a Cafarnaúm, no tuvieron que preguntar dónde estaba Jesús, porque en torno a una casa se reunía una multitud. La alegría de llegar a la meta de pronto se encontró con la frustración. ¿Cómo hacer pasar a un paralítico en medio de tanto gentío? Allí fue cuando uno de sus amigos, Safán (que en hebreo significa “prudente”), convenció a los otros y al propio Raham de una osadía: abrir un boquete en el techo de juncos y, ayudados por las sogas y correas del carro, descolgarlo sobre el mismo Jesús. Al fin de cuentas, eran hijos de valientes.
Jesús no pudo menos que conmoverse por lo que él entendió era una fe inmensa, capaz de abrir techos y hacer volar a paralíticos. Y él, que sentía en su propia piel la búsqueda de aquel que sufría, se compadeció hasta sus entrañas y regaló a Raham su máximo tesoro: el perdón de los pecados, el rostro del Dios misericordioso que viste a los lirios del campo, alimenta a los pájaros del cielo y sabe lo que sus hijos necesitan.
Raham recordó las palabras de su padre y supo que aquella promesa, en la que cifró sus días, era pequeña frente a lo que había recibido. Por eso sus ojos se llenaron de lágrimas de emoción. Por eso estrechó las manos de sus amigos, sintiendo que no le alcanzarían sus días para agradecerles. Fue allí, cuando Safán y los otros comenzaban a estudiar cómo sacarlo y se preguntaban –mientras miraban el techo– qué pensaría el dueño del lugar, que Raham escuchó las palabras de Jesús dirigidas contra aquellos que creen que sólo por una puerta puede entrarse a una casa, ignorando que hay techos, esperanza, amigos y fe, y que un Dios-abba-misericordia que regala lo grande puede regalar también lo pequeño.
Raham tomó su camilla. Todos le abrieron el paso, a él y a sus amigos. Mientras salía de la casa recordó aquel lejano día, en Séforis. Y el sueño con la promesa de su padre. Y escuchaba, como transfondo, los comentarios de la multitud: nunca habían visto nada igual. Él tampoco: sólo lo había soñado, con la debilidad que los sueños tienen en la juventud.
Por primera vez en su vida comprendió en su corazón lo que el salmista cantaba: “Los que siembran entre lágrimas cantando cosecharán”.
Mientras sentía a sus piernas, se abrazó con sus amigos. Vio a Israel de pie. Y supo que el Reino había llegado.


quinta-feira, 14 de julho de 2011

O CASO DO BISPO AUSTRALIANO MORRIS

(MESMO SENDO UM POUCO LONGO, VALE A PENA LÊ-LO ATÉ O FIM).
MARINS
un poco largo pero tiene su interés. HERMANA SOCORRO MARTINEZ

 
O caso Dom Morris e a tensão entre liberdade e obediência
IHU - Unisinos
Instituto Humanitas Unisinos
Adital
Entrevista especial com Paul Collins

A diocese de Toowoomba na Austrália abrange uma área de 488.000 quilômetros quadrados, quase uma vez e um terço o tamanho da Alemanha. Sua população é de 244.000 pessoas, das quais 26% são católicos. Seu pastor, D. William M. Morris, buscava soluções para equilibrar a balança entre o déficit de vocações e as grandes dimensões geográficas e populacionais de sua diocese. Mas foi removido pelo Vaticano em maio deste ano por defender saídas consideradas extremas, como a ordenação de mulheres e de homens casados.
O historiador e escritor australiano Paul Collins, amigo de D. Morris, analisa, nesta entrevista por e-mail à IHU On-Line, a "abordagem democrática” do bispo perante o seu povo. "A honestidade democrática, direta e franca não cai bem em Roma, onde eles transformaram o equívoco e a dissimulação em uma forma de arte, e onde a chamada ‘obediência’ é o valor principal”.
Collins afirma que, ao longo do processo de remoção de D. Morris, a Santa Sé deu mais ouvidos aos "relatórios enviados por pequenas minorias de católicos reacionários, que, na Austrália, são muitas vezes chamados de ‘católicos talibãs’ ou ‘a polícia do templo’”. "Dado que a reputação da Igreja Católica da Austrália já está em frangalhos, o caso D. Morris simplesmente aprofunda a percepção popular de que a Igreja é uma organização autoritária, injusta e opressiva, com pouco ou nada em comum com Jesus”, resume.
Paul Collins é historiador e escritor de Canberra, na Austrália. É mestre em Teologia pela Harvard University e doutor em história pela Australian National University. Padre católico por 33 anos, renunciou ao ministério sacerdotal ativo em 2001, devido a uma controvérsia com o Vaticano a partir do seu livro Papal Power (1997). Também trabalhou em várias funções na TV e no rádio para a rede australiana ABC desde 1986 e durante três anos foi seu editor de religião. É autor de 12 livros e de numerosos artigos nos principais jornais e revistas da Austrália e do exterior, e escreve regularmente para diversos jornais australianos, assim como para a revista católica inglesa The Tablet, para o jornal norte-americano National Catholic Reporter e para diversas revistas da Alemanha e da Áustria. Seu livro God’s Earth foi transformado em um documentário de TV. Sua obra mais recente é Judgment Day. The struggle for life on Earth (University of NSW Press), sobre ecologia e religião.
Confira a entrevista.
IHU On-Line – Depois de dois meses da remoção de D. Morris, qual a sua análise desse episódio? Que sinais ele apresenta sobre a vida da Igreja?
Paul Collins – A Austrália, assim como o Brasil, é um país grande. É um pouco menor do que o Brasil, com uma massa de terra de 7,5 milhões de quilômetros quadrados. A diferença entre os dois países se encontra na população. A população da Austrália é de 22,6 milhões; a do Brasil é de 201 milhões. Menciono essas estatísticas porque elas ajudam a destacar o problema que o bispo William Morris, recentemente removido da diocese de Toowoomba, enfrentou. Aliás, pensa-se que a palavra "Toowoomba” é o termo aborígene local para "pântano”. A diocese de Toowoomba abrange uma área de 488.000 quilômetros quadrados, que é quase uma vez e um terço o tamanho da Alemanha. Ela tem uma população total de 244.000 pessoas, das quais 63.000 são católicos, aproximadamente 26% da população, que é exatamente a mesma proporção de católicos de toda a população australiana.
É importante compreender essas estatísticas porque o problema que D. Morris enfrentou era de uma diocese enorme, com muito poucos padres para o serviço à população dispersa. Esse é o mesmo problema enfrentado por todas as dioceses rurais da Austrália. Por exemplo, a maior diocese em área do mundo católico é a diocese de Geraldton, na Austrália Ocidental, que abrange 1,3 milhão de quilômetros quadrados e tem 13 sacerdotes para oferecer a Eucaristia e os sacramentos. Dezoito das 28 dioceses territoriais da Austrália são rurais, isto é, abrangem áreas rurais não urbanas, dedicadas à agricultura ou a terras ainda em seu estado natural, geralmente com populações dispersas que vivem em fazendas, grandes ranchos ou em pequenas cidades.
Assim, enquanto no Brasil o problema é a porcentagem de padres para o povo, na Austrália, é o pequeno número de padres esperados para a vasta área do nosso país. Na Austrália, muitas vezes falamos da "tirania da distância”, e não é incomum que um padre tenha que dirigir até 800 quilômetros para rezar três missas.
Na diocese de D. Morris, "há apenas uma cidade –Toowoomba– com uma população de 90.000 pessoas. O resto da diocese abrange todo a região sul do estado de Queensland.

D. William M. Morris
Pontilhada por pequenas cidades, muitas vezes a 100 ou mais quilômetros de distância, a porção oriental é um território agrícola, mas, indo para oeste, a terra torna-se mais marginal e é dedicada a grandes fazendas de gado. Finalmente, torna-se um deserto.
IHU On-Line – Uma das principais questões de fundo no caso Morris é a escassez de padres e a defesa à ordenação de mulheres e de homens casados. Quais são os fundamentos dessas propostas do bispo australiano?
Paul Collins – Morris sempre esteve sintonizado com as necessidades pastorais da sua diocese e foi um bom ouvinte. Ele sempre consultou o povo e levou as suas opiniões a sério. Durante uma década, ele foi criticado pelo Vaticano por fazer precisamente isso. Seus piores problemas começaram com uma Carta Pastoral que ele enviou a todas as pessoas em posições de liderança na diocese no dia 17 de novembro de 2006, que se seguiu a uma exaustiva consulta pastoral junto à diocese. Na Carta, ele estabeleceu um Plano de Liderança Diocesano para os próximos nove anos até a Páscoa de 2014.
A diocese enfrentava uma situação terrível. A Carta Pastoral indica que, em 2014, haverá apenas seis padres com menos de 65 anos, e oito padres com idade entre 66 e 70 anos (que têm a opção de se aposentar) engajados no ministério paroquial para servir a toda a diocese, que tem 35 paróquias. Quatro outros padres com menos de 70 anos estarão envolvidos no ministério diocesano. Em outras palavras, haverá apenas 14 padres para atender as 35 paróquias da diocese.
A Carta Pastoral, então, afirma: "Dada a nossa profunda crença no primado da Eucaristia para a identidade, a continuidade e a vida de cada comunidade paroquial, teremos que ser muito mais abertos para outras opções a fim de garantir que a Eucaristia possa ser celebrada. Como têm sido discutidas internacional, nacional e localmente, essas ideias são:
• Ordenar homens casados, solteiros ou viúvos que sejam escolhidos e endossados pela sua comunidade paroquial local.
• Acolher ex-padres, casados ou solteiros, de volta ao ministério ativo.
• Ordenar mulheres, casadas ou solteiras.
• Reconhecer as ordens anglicanas, luteranas ou da Igreja Unida.
Permanecemos comprometidos em promover ativamente as vocações ao atual sacerdócio masculino celibatário e abertos a convidar padres do exterior”.
Essa carta pastoral foi quase imediatamente denunciada à Congregação dos Bispos e à Congregação para a Doutrina da Fé, do Vaticano, em Roma. Ninguém sabe ao certo quem fez a denúncia. Normalmente, grupos de católicos reacionários são os acusados, mas, como vou indicar a seguir, penso muito mais que eminentes católicos australianos estiveram envolvidos nisso.
IHU On-Line – Como o senhor avalia a postura de Morris perante as reivindicações do Vaticano? Por outro lado, como o Vaticano o tratou ao longo desse processo?
Paul Collins – Eu acho que é importante delinear o que aconteceu com Morris, porque isso dá uma ideia da forma como Roma trabalha com aqueles a quem ela mira. A primeira vez em que Morris soube que estava com problemas foi pouco antes do Natal de 2006, cerca de um mês depois da publicação da Carta Pastoral. Morris recebeu uma convocação do cardeal Giovanni Battista Re, então prefeito da Congregação para os Bispos, para que ele fosse pessoalmente a Roma, em fevereiro de 2007. Morris se recusou, alegando que precisava ajudar a rezar as missas nas paróquias durante o período de Natal e que havia um padre muito doente que estava para morrer. Ele já estava planejando em ir para Roma em maio de 2007 e se ofereceu para visitar os escritórios da Congregação quando estivesse lá.
Então, de repente, sem aviso, em abril de 2007, o arcebispo norte-americano Charles Chaput, de Denver, Colorado, apareceu como Visitador Apostólico para inspecionar e informar-se sobre a diocese. Esse arcebispo-estrela esteve em ascensão por algum tempo nos círculos eclesiásticos dos EUA. Ele se apresenta como um neoconservador político e um "intelectual” eclesiástico. Seus pontos de vista, entretanto, são prosaicos e previsíveis, particularmente quando ele discute o papel da Igreja em relação ao Estado secular. Continua sendo um mistério quais qualificações ele tinha precisamente para a sua tarefa como Visitador Apostólico de Toowoomba.
Enquanto esteve lá, ele conversou com alguns padres locais, grupos de leigos e com o pequeno grupo de críticos de Morris. Chaput ficou na diocese (lembrando, ela é maior do que a Alemanha) durante três dias e meio, e Morris disse mais tarde, no programa Compass na ABC TV, que Chaput "estava mais interessado em ver cangurus e "emus" [grandes aves que não voam típicas da Austrália] do que em qualquer outra coisa”. Chaput escreveu um relatório para o Vaticano, que Morris nunca viu.
Mais tarde, quando ele estava em Roma, em maio de 2007 Morris cumpriu sua promessa de contatar Re, mas o cardeal não o recebeu. Obviamente, o relatório de Chaput foi negativo, porque, em setembro de 2007, Morris recebeu de repente uma comunicação sem assinatura da Congregação para os Bispos exigindo que ele renunciasse.
Houve ainda mais exigências de Re, em outubro de 2008, para que Morris renunciasse, ou senão, ameaçou Re, ele seria removido. Morris se manteve firme, dizendo que não podia, em consciência, renunciar. Ele pediu para ver o papa e, em junho de 2009, ele se encontrou com Bento XVI. Naquilo que Morris descreveu como um "monólogo”, o Papa Ratzinger simplesmente repetiu a demanda de que ele renunciasse. Morris não estava disposto a se submeter a esse assédio [bullying].
Foram feitas exigências adicionais por Re, e então, em dezembro de 2009, Bento XVI exigiu novamente a sua renúncia, concentrando-se especificamente na questão da ordenação de mulheres e do reconhecimento da validade da ordenação anglicana e protestante. Como Morris explicou-me, "Bento XVI simplesmente me disse: ‘Eu contrato e eu demito!’” [I hire and I fire!]. Uma forma não muito cristã de agir. Foi nesse ponto que Morris se ofereceu para se retirar mais cedo, em maio de 2011, em vez de renunciar, o que, em consciência, ele não estava disposto a fazer.
Durante todo esse período, Morris lidou com um caso de abuso sexual que estava perante os tribunais civis envolvendo um professor leigo em uma escola primária católica de Toowoomba. O tratamento dado por Morris a esse caso foi muito elogiado pela mídia secular devido à sua abordagem aberta e eficaz. Isso está em contraste com muitos outros bispos que, muitas vezes, administram mal esse tipo de casos. Assim, o Vaticano concordou que ele permanecesse até que tivesse resolvido o caso de abuso sexual. Então, como concordado, Morris retirou-se antecipadamente no dia 2 de maio de 2011. Ele tinha 67 anos. No fim, Morris teve a última palavra quando, em uma carta pastoral à diocese, ele anunciou publicamente sua retirada antecipada sob pressão do papa. A mídia vaticana simplesmente declarou que foi "removido”.
D. Morris tem todo o direito de se sentir muito ofendido. Foi-lhe negado até mesmo a justiça natural básica, e foi isso que lhe garantiu um enorme apoio entre os católicos australianos. Como ele disse, "eu nunca vi o relatório preparado pelo arcebispo Chaput, e sem o devido processo foi impossível resolver essas questões, sendo-me negada a justiça natural, sem qualquer possibilidade de defesa e advocacia apropriadas em meu favor. O Papa Bento XVI confirmou-me isso ao declarar: "O Direito Canônico não faz previsões para um processo referente a bispos, a quem o Sucessor de Pedro nomeia e pode remover do Ofício”. Essa é uma situação ultrajante, e em toda a Austrália, em todos os setores da sociedade, há simpatia por Morris.
IHU On-Line – Vê-se hoje que grupos "conservadores” ou "tradicionalistas” ganham espaço e força na Igreja, além de uma maior centralização das decisões em Roma, com uma disciplina também mais rígida. A partir desse cenário, que tipo de prioridades do Vaticano fica evidente no caso Morris?
Paul Collins – Aqui é importante fazer uma pausa e perguntar quem orquestrou todo esse caso. Você não obtém uma resposta rápida em Roma, a menos que alguém importante esteja envolvido; claramente, há uma política eclesiástica australiana interna em jogo aqui. A explicação popular da mídia tem sido a de que o Vaticano respondeu aos relatórios enviados por pequenas minorias de católicos reacionários, que, na Austrália, são muitas vezes chamados de "católicos talibãs” ou "a polícia do templo”. Embora eles possam ter tido alguma influência menor sobre Roma, é mais provável que tenham sido clérigos australianos influentes que moveram o Vaticano a agir.
O dedo da suspeita aponta claramente para o cardeal George Pell, arcebispo de Sydney, que é amigo pessoal tanto de Re, quanto de Chaput. Significativamente, no ano passado, Pell era um dos favoritos para suceder Re como prefeito da Congregação para os Bispos. Depois da demissão de Morris, Pell deu uma entrevista à imprensa para a Catholic News Agency (28 de maio de 2011) afirmando que "Roma foi muito paciente” com Morris. Pell alegou ainda que, "infelizmente, D. Morris se sentiu incapaz de dar esclarecimentos satisfatórios”. Ele continuou dizendo que "a diocese [de Toowoomba] ficou muito dividida, e o bispo não demonstrou ser um jogador de equipe. Quero dizer, mesmo no final ele não esperou o anúncio oficial do Vaticano”. Pell não ofereceu nenhuma concretização de nenhuma dessas afirmações.
Dado que a reputação da Igreja Católica da Austrália já está em frangalhos, como resultado do tratamento incompetente e inepto dado aos abusos sexuais de crianças por padres, o caso D. Morris simplesmente aprofunda a percepção popular de que a Igreja é uma organização autoritária, injusta e opressiva, com pouco ou nada em comum com Jesus. Isso minou completamente a autoridade dos bispos e levou a uma considerável perda de confiança e de fé por parte de muitos católicos – e de não católicos simpatizantes. É aí que D. Morris é visto como um dos melhores bispos do país. Ele enfrentou honestamente o problema dos abusos sexuais quando surgiu em sua diocese.
IHU On-Line – Especificamente com relação à ordenação de mulheres, Bento XVI defendeu a infalibilidade papal sobre essa questão. Como o senhor vê isso?
Paul Collins – Claramente, a questão-chave em tudo isso é a ordenação de mulheres. Em sua carta a Morris, Bento XVI diz: "O falecido Papa João Paulo II decidiu infalível e irrevogavelmente que a Igreja não tem o direito de ordenar mulheres ao sacerdócio”. Essa é uma afirmação surpreendente para qualquer papa, uma vez que nenhuma das condições estabelecidas de forma inequívoca pelo Concílio Vaticano I (1870) foram cumpridas para que se emitisse uma declaração infalível.
O problema básico com a posição romana sobre a infalibilidade é que aqueles que a ela aderem têm confundido cada vez mais o ordinário com o magistério infalível. Bento XVI está se referindo claramente, em sua carta a Morris, ao chamado "magistério ordinário e universal”, isto é, quando os bispos e o papa estão universalmente de acordo em propor um ensinamento que deve ser sustentado definitivamente por todos os fiéis.
Mas, como o eclesiólogo jesuíta Francis A. Sullivan afirma claramente, para que algo seja ensinado definitivamente, deve-se demonstrar que "a tradição se manteve constante, e que ainda hoje o corpo universal dos bispos católicos ensina a mesma doutrina como algo a ser definitivamente sustentado”. Mas como você pode demonstrar isso? Sullivan diz que:
1. bispos do mundo devem ser consultados;
2. o ensinamento deve ser "sustentado pelo consenso universal e constante dos teólogos católicos como algo que deve pertencer à fé;
3. e, finalmente, que esse ensinamento se manifesta "pela adesão comum dos fiéis de Cristo” (Francis Sullivan, Guideposts from Catholic tradition. Infallibility doctrine invoked in statement against ordination [of women] by Congregation for the Doctrine of the Faith, The Tablet, dezembro de 1995, p. 1.646).
À luz dessas declarações da maior autoridade teológica sobre o magistério, a declaração de Bento XVI em sua carta a D. Morris deve ser tomada com um pouco de ceticismo. Nenhuma dessas três condições essenciais foi cumprida em relação à ordenação de mulheres. De fato, a maioria dos fiéis e dos teólogos católicos, pelo menos no mundo desenvolvido, apoiam a ordenação de mulheres. Certamente, na Austrália, uma considerável minoria dos bispos também a apoia.
Assim, o fato de Bento XVI afirmar que a ordenação de mulheres está excluída com base no "magistério ordinário e universal” é contradizer uma doutrina claramente estabelecida sobre a autoridade do magistério a ensinar, e também mostra, a meu ver, uma grave irresponsabilidade. Isso também significa que a tentativa de parar a discussão sobre essa questão também não tem a menor justificativa. É esse tipo de comportamento que afasta cada vez mais os católicos instruídos e os leva a tratar todas as alegações de infalibilidade com considerável ceticismo.
IHU On-Line – Alguns analistas apontam que o caso de D. Morris levanta a questão da relação entre o bispo, enquanto pastor do seu povo, e o papa, bispo de Roma, primus inter pares. Como o senhor analisa essa relação hoje? Que aspectos poderiam ser aprimorados?
Paul Collins – Isso nos leva a outra das diferenças entre D. Morris, e Bento XVI e o Vaticano. Morris acreditava que era seu dever como bispo consultar os leigos, conversar com eles e ouvi-los, pedindo sua opinião honesta sobre uma série de questões. Um assunto que causou um considerável atrito anterior entre Morris e o Vaticano foi o uso do "Terceiro Rito da Confissão”, ou seja, uma confissão genérica do pecado pela comunidade, seguida pela absolvição geral, sem a confissão individual, um a um, com um padre. Isso foi amplamente utilizado na Austrália na década de 1990 e levou a conflitos com Roma.
Morris foi um dos que, depois de consultar o seu povo, apoiou essa forma do sacramento. Para o Vaticano, isso era anátema. Mas ainda pior a partir de seu ponto de vista era a sua tendência de consultar os leigos. Como Morris disse à ABC TV, "eu havia dado às pessoas uma liberdade para falar, e eles [o Vaticano de Bento XVI] não queriam isso”.
Dessa forma, Morris foi muito australiano. Com a quarta tradição democrática mais longa e sem interrupções do mundo, os australianos tendem a dar a sua opinião, não importa quão poderosos ou importantes são aqueles que estão no lado do receptor. Um elemento real na popularidade de Morris em sua diocese foi a sua abordagem democrática. Mas a honestidade democrática, direta e franca não cai bem em Roma, onde eles transformaram o equívoco e a dissimulação em uma forma de arte, e onde a chamada "obediência” é o valor principal.
Também houve uma forte percepção no Vaticano e na opinião de Bento XVI de que a Austrália era um país virulentamente "secular” e sem Deus, no qual o catolicismo estava morrendo. No entanto, todas as evidências sociológicas são de os que australianos são consideravelmente mais "espirituais” e interessados pelo sentido último e pela transcendência do que os religiosamente pomposos norte-americanos ou o profundamente secularizado Reino Unido.
Recentemente, na influente revista britânica católica The Tablet (4 de junho de 2011), Elena Curti apontou que os dois países onde há uma oposição aberta ao Vaticano são a Alemanha e a Austrália. Isso é compreensível na Alemanha, com uma longa tradição de ensino teológico nas universidades seculares, que criou uma massa crítica de católicos informados, qualificados e articulados. Na Austrália, a situação é diferente.
Aqui, a resistência ao Vaticano tem mais a ver com o fato de que os católicos australianos são geralmente bem instruídos, valorizam a conversa franca, suspeitam da autoridade e, em uma sociedade vigorosamente pluralista com uma mídia livre, nós aprendemos a viver e a respeitar pontos de vista diferentes dos nossos. Os australianos são totalmente intolerantes com aqueles – como o Vaticano – que não discutem as suas opiniões, mas tentam impô-las por meio da dominação e da força – como pela proibição de discussão sobre a ordenação de mulheres.
IHU On-Line – Qual a sua opinião sobre o futuro do sacerdócio e da Eucaristia, levando-se em consideração episódios como o de D. Morris? Que Igreja do futuro nos espera?
Paul Collins – No coração da diferença entre D. Morris e o Vaticano de Bento XVI está a questão do ministério. Toda a abordagem de Morris em Toowoomba foi determinada pelas necessidades do ministério. Como a diocese poderia oferecer a Eucaristia e os sacramentos para os católicos da diocese? Como a Igreja poderia comunicar eficazmente a pessoa e o ensinamento de Jesus? Como a energia ministerial dos leigos poderia ser liberada? E à luz da aguda escassez de padres celibatários, como a diocese poderia encontrar presbíteros ordenados para preencher as lacunas?
De certa forma, a tentativa de Morris de liberar a energia ministerial da comunidade é a maior ameaça de todas à ideologia do controle que caracteriza o atual governo papal. Também é uma ameaça aos bispos e hierarcas que ainda pensam possuir a Igreja completamente. Morris vê a Igreja como um povo peregrino que luta para realizar o reino de Deus dentro das realidades do mundo contemporâneo e uma democracia pluralista moderna.
Em contraste, o Vaticano de Bento XVI deseja estabelecer uma espécie de agenda restauracionista, em que eles tentam ressuscitar a Igreja pré-Vaticano II. No fim, isso será impossível, porque a história mudou, e nós não vivemos na década de 1940 e 1950. Isso também vai resultar não só em uma espécie de catolicismo de gueto, mas também em algo pior – uma seita.
O perigo desse tipo de mentalidade sectária foi destacada em 2001 pelo teólogo John May, ao comentar sobre o documento Dominus Jesus emitido por Ratzinger, quando ele estava na Congregação para a Doutrina da Fé. May comentou que "não há nenhuma razão, em princípio, por que a Igreja Católica Romana, apesar do seu tamanho enorme e da sua presença global, não possa se tornar uma seita. O sectarismo é questão de atitude, não de tamanho” (The Journal of the College Theology Society, 28 (2001), p. 271-293).
Edward Schillebeeckx alertou sobre a mesma coisa, quando disse que há um perigo real de a Igreja se tornar uma espécie de "pequeno rebanho” ou um "resto santo”.
Se permitirmos que isso aconteça, teremos traído Jesus, que nos disse para ir a todas as nações, e não para formar uma seita confortável.
(Por Moisés Sbardelotto)
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Luís Henrique Alves Pinto

Encuentro CEBs en la Ciudad de Buenos Aires, Argentina - 9 Julio 2011


“Hay que entrar por el Techo”

9 de julio en Santa Cruz

Encuentro de las CEBs. Nº 16

Carlos cp



Amaneció el 9 de julio en la cuidad de Buenos Aires, muy hermoso, casi primaveral… un frío suave y un sol radiante… una luminosidad que nos animaba a encontrarnos.



Hace 16 años que venimos encontrándonos casi todos los 9 de julio las Comunidades Eclesiales de Base de Santa Cruz (CEBs); para entretejernos más, para seguir reflexionando nuestra manera de ser Iglesia, para alentarnos y seguir andando nomás.



En estos tiempos, poder sostener con frescura y compromiso, espacios colectivos por 16 años, es un fruto muy importante. Somos más de 150 hermanos y hermanas en casi 20 comunidades entretejidas en una red.



Primer momento:

“Un Río Subterráneo… que finalmente brotó”. Haciendo Memoria.



Comenzamos más de 50 hermanos/as de las CEBs en Casa Nazaret. Como estamos transitando los 50 años de la parroquia y celebrando 30 años del primer Getsemaní (semana santa de 1981) el equipo de articulación y animación que preparó el encuentro nos invitó a comenzar “Haciendo memoria”.



Y… logramos lo que buscábamos, nos fuimos encendiendo con “La Memoria”… todos querían contar algo de sus comienzos.



Quedó más en evidencia cómo se habían hecho distintos intentos de vivir el Evangelio desde la fraternidad, tanto jóvenes como adultos en la década del 70 y en los 80. Todo eso fue generando un “río subterráneo” que fue fecundando VIDA, aquí en Buenos Aires, como también en Formosa, en Montevideo, Caroya, ¡en el Sur o en otros lugares donde estamos “los Pasionistas”.



Hasta que… ese “Río de fraternidad compartida desde el Evangelio con conciencia Social” hizo nuevamente su aparición en la Primavera de 1993.

El fin de semana del 8 de diciembre, día de la Virgen y de la Memoria… se realizó un nuevo “Getsemaní”, animado por Jóvenes (que venían de la pastoral juvenil de los 90) y adultos que fueron a vivirlo en agosto de ese año en Caroya.

De ese encuentro brotaron dos CEBs.: “Ana María Borda” (el nombre de una catequista muy querida en la comunidad grande de santa cruz) y “Tinkunako” (que significa “encuentro”). Ese “Río de VIDA”, gracias al soplo del Espíritu fue gestando nuevas Comunidades Eclesiales de Base.

Hoy es “un río” donde todos nos podemos “refrescar” y  “beber” de él.



En ese contexto de memoria le dimos la Bienvenida a la nueva comunidad que se fue gestando durante el 2010. Algunos de sus miembros venían participando del área “Nuevas familias” y otros de otros lugares. Algunos de ellos hicieron el “Getsemaní del 2010”… y… “Como la Vida  nos empuja y siempre pide más…” los fue llamado a ser Comunidad. Su nombre es:  “En Común…”.

Les dimos “la Bendición” y… a caminar nomás…



Segundo momento:

“Contemplando, reflexionando y celebrando nuestro andar”



El equipo nos invitó a hacer una mirada “contemplativa” de la vida de nuestras comunidades, primero a nivel personal.  La pregunta fue muy simple y profunda a la vez: “¿Qué “fortalezas” y qué “fragilidades”…puedo contemplar en el caminar de mi CEB.? (desde julio del 2010 a julio 2011).



Al rato…nos invitó a que la miremos de una manera “paradojal” esas “fragilidades” y “fortalezas”, superando esa mirada: “lo positivo” (fortalezas) y “lo negativo” (fragilidades).

Una mirada paradojal significa que para crecer: “Necesitamos de las fortalezas y también necesitamos de las fragilidades”. Si aprendemos a contemplar “la vida que esta latiendoen las “fragilidades” y en las “fortalezas”, podemos descubrir los “desafíos” que hay entre las dos.



Y… contemplamos los desafíos.



Así con eso, nos encontramos de a dos, con hermanos/as de otras CEBs.

Y… volvimos a sentir lo de siempre, palabras más palabras menos: “A mi me pasa lo mismo que a usted”. Y esa experiencia de hablar con el corazón en la mano, nos sigue ayudando a crecer en fraternidad, más allá y a través de nuestras pequeñas comunidades. Quedamos muy agradecidos.



Después fuimos a las Comunidades y ahí compartimos “fragilidades”, “fortalezas”, “desafíos” y… agregamos las “preguntas” que nos hacemos como comunidad. Fue muy rico.



Visitamos las “Iglesias de la Casa”



Cada comunidad estaba en un lugar del salón grande de la Casa Nazaret. Ahí en ese espacio se reunía “una Iglesia de la Casa”. Fuimos visitando las CEBs…. Escuchamos atentamente a cada una y terminábamos con un gesto de “imposición de manos” y “bendición”.



Toda la recorrida fue vivida en un clima de mucho respeto, escucha y fraternidad.

Quedó una cosecha muy abundante de “desafíos” y “preguntas”… para seguir trabajando.



Comimos juntos… algunos hermanos/as se tenían que ir y otros llegaban. En total transitaron más de 70. Visitamos el Mercado del Comercio justo, estábamos en 2º sábado y… retomamos la reflexión.



De sobremesa…Reflexionamos:

Dimos un espacio abierto para sumar algunas reflexiones. Y… volvimos a preguntarnos sobre nuestra identidad.



A. Reafirmamos que necesitamos “Raíces” para ser Comunidad Eclesial de Base en esta Cuidad de Buenos Aires:



Queremos vivir la fraternidad al estilo de Jesús. Este es “el corazón” de las CEBs.



Estamos contentos y desafiados a la vez porque “algo” de este corazón lo estamos viviendo. Esta experiencia sabemos que tiene “sus ciclos”, a veces tenemos mucho entusiasmo, otras veces vivimos cierta “rutina”, otra veces transitamos fuertes preguntas con cierta angustia. Hemos pasado por fuertes crisis y…en algún momento volvemos a parir un nuevo ciclo y comenzamos a transitar “algo nuevo” de ese corazón: “Vivir la fraternidad al estilo de Jesús”. Aprendiendo a “disfrutarla” y…a prendiendo a “cultivarla” una y otra vez, esa es nuestra vocación.



Ahora.. ¿Cómo nos damos cuenta que estamos viviendo esa fraternidad, que estamos viviendo nuestra Vocación?



ü  Cuando podemos “compartir la vida desde el Evangelio” y nos alentamos y modelamos unos a otros y nos ayudamos a crecer.

ü  Cuando vivimos la “cordialidad”, nos respetamos, nos tratamos bien, somos capaces de “tragarnos” algunas cosas y aprendemos a dialogar mirándonos a los ojos.

ü  Cuando nos movemos por los tres niveles como Jesús en la Última Cena que les lava los pies a los discípulos/as:

1.       Sabiéndonos iguales en dignidad (todos sentados en la misma mesa),

2.       sirviendo (se inclina y les lava los pies)

3.       y los guía-confronta-alienta (se sienta y les habla). Se trata de una fraternidad co-responsable.

Esa es la manera como queremos vivir la “autoridad”, ayudándonos a ser “autores” de nuestra vida, co-responsablemente.

ü  Cuando buscamos hacer un ejercicio concreto de solidaridad, de compasión y lucha por la justicia. Al estilo de Jesús con “el corazón” en los más empobrecidos y “la mirada” en el Reino, desde el lugar en que tengamos “los pies” (clase social). Un compromiso social, cultural, político junto con miles y miles que creemos que Otro mundo es posible. Cuidando la creación. Sumando y sumándonos…

ü  Cuando celebramos la vida “haciendo visible al Dios invisible”. Una oración que nos ayuda a estar más presente en el “presente”,con memoria crítica y agradecida y renovando nuestra esperanza en el futuro. Una oración y una manera de celebrar que nos va ensanchando el corazón.



B. Una fraternidad que busca “irradiar-contagiar-compartir” esta manera de vivir: ¿Cómo?, ¿De qué manera?



1.       Siendo discípulo/a de Jesús ahí donde vivimos: en nuestra familia, con los vecinos, donde trabajamos y estamos habitualmente.

2.       Compartiendo como comunidad esta manera de seguir a Jesús con nuestros familiares, amigos, vecinos (como un “segundo anillo” del “primer anillo” que es nuestra comunidad). Haciendo ese ejercicio, espontáneo y planificado de abrirnos y sumar a otros. Buscando que sea algo “natural”. Un ejercicio de hospitalidad, de abrir nuestra “Iglesia de la Casa” una y otra vez, sin perder nuestra intimidad.

3.       También irradiamos en los lugares que decidimos participar: En el Consorcio, en una ONG, en un coro, alguna agrupación: sindicatos, partidos políticos, etc. Etc.

4.       Contagiamos esta fraternidad en los diferentes grupos, equipos, espacios, servicios y áreas que ofrece la parroquia.

5.       Y…otra forma es a través de algún proyecto en común, o alguno de sus miembros que se sienten enviados-sostenidos por la CEBs.



Nombramos estas “cinco” y puede haber más… y también insistimos que no es necesario que vivamos “las cinco formas”. Cada comunidad va buscando su manera de irradiar, compartir y contagiar esta manera de vivir la fraternidad al estilo de Jesús.



C. Y… reafirmamos una vez más que es necesario “Articular”, seguir fortaleciendo “LA RED”.



ü  Necesitamos hacer un ejercicio concreto de seguir entretejiéndonos, entre los hermanos/as y entre las Comunidades. Algo que tiene que ser “espontáneo” y “planificado” a la vez. Como lo que vivimos a lo largo de este día.

ü  A través del equipo de Animación y Articulación, nos entretejemos. Un equipo que fue descubriendo su sentido y buscando cómo responder a los diferentes desafíos. Tenemos mucho para agradecerle a este equipo. Nos ha ayudado a crecer…Gracias de corazón por todo lo que han transpirado.

ü  Aquí hay experiencias muy lindas y novedosas de “articulación en las Casas” y de comunidades que han convocado a otras que estan teniendo dificultad para encontrarse. Esa compartida fue muy conmovedora.



Al caer la tarde… después de compartirnos la evaluación el equipo local y el equipo que articula a nivel Regional y Nacional... Renovamos el equipo.

ü  Les agradecimos de corazón a Adriana, Susana y Luis, por el servicio de estos años.

ü  También les agradecimos a Alberto, Jorge N, Ana María, Jorge F. y Stella por continuar con su servicio y… confirmamos y agradecimos a María del Carmen, María José, Sonia y Mary Carmen que se suman al equipo.



En ese contexto celebramos la Eucaristía

Hicimos silencio… leímos el Evangelio de Mc. 2, 1-5… la curación del paralítico que fue llevado ante Jesús por cuatro amigos que lo llevaban en una camilla. Jesús se asombra de la fe de ellos, de su amor… porque como no tenían lugar por la puerta, los amigos entraron por “el techo”.



Y… nos desafiamos unos a otros a “entrar por el techo”… que nuestro amor-fraternidad y nuestra fe… nos ayuden a ser una y otra vez más creativos para buscar nuevos caminos… “ilógicos pero posibles”.



Terminamos regalándonos más de 60 abrazos… renovando nuestro pacto de “disfrutar y cultivar la fraternidad al estilo de Jesús”.



Es pequeño y frágil nuestro camino de Comunidades Eclesiales de Base y también es creíble y fecundo, gracias a Dios.



Jesús, Hermano y Maestro, seguí inspirándonos gestos y palabras oportunas para seguir pariéndonos desde y para la fraternidad. Ayudanos a entrar por el techo una y otra vez”.






quarta-feira, 6 de julho de 2011

Construção de catedrais

CARTA ABERTA de DOM TOMÁS BALDUÍNO AOS BISPOS SOBRE CONSTRUÇÃO DE CATEDRAIS, para a nossa reflexão.



Goiânia, GO, 18 de julho de 2008.


Queridos Irmãos no episcopado, do Regional Centro-Oeste,
A paz do Senhor esteja com vocês!

Peço-lhes licença para colocar aqui umas reflexões que venho tendo com outros colegas, inclusive dando a forma de carta. Trata-se da concepção de igreja e, de modo especial, de igreja catedral. Fui motivado sobretudo pelo fato da catedral de Goiânia ter de se mudar para uma obra que ficará próxima do atual Paço municipal, em terreno doado por Lourival Lousa, dono do Flamboyant, porém do outro lado da rodovia 153, em local de acesso difícil e distante do povão. Será então uma catedral tipo monumento moderno, atualizado, tudo bem planejado, de concepção semelhante à de Brasília, a mesma que vai se reproduzir futuramente também em Palmas. Enquanto isso, por exemplo, as chamadas catedrais da Igreja Universal do Reino de Deus, que não deixam de ser também portentosas construções, ficam bem perto do povo e se enchem de gente. O que pensar, então, a respeito de nossas igrejas? Isso também faz parte da nossa responsabilidade pastoral.

1. O sacramento do Templo na Bíblia

O Senhor nos deu um ensinamento bem preciso e nos evangelizou sobre o templo. Enquanto as nações vizinhas do Povo de Israel tinham todas seu templo, os profetas do Senhor diziam que Deus não quer templo. Deus quer acampar com seu povo nômade. Construir um templo seria traição desse caminhar de Deus com seu povo. Até mesmo quando o rei Davi quis levantar um templo, o Senhor mandou o profeta Natan lhe dizer: “Desde que Deus tirou o seu povo do Egito, sempre morou em tenda e nunca pediu templo”. (2 Sm 7,7).

Segundo Isaías (Is 66,1), Deus é aquele que o universo inteiro não pode conter. Tem o céu por seu trono e a terra como escabelo de seus pés. Como pode morar em uma casa edificada pelo homem? O problema é que, de fato, desde o começo, até hoje, o templo tem servido de legitimação do poder dos reis e dos donos do poder. Não é, pois, de graça que o rei e os poderosos dão todo apoio econômico à sua construção suntuosa e em lugar privilegiado. Por isso, os profetas sempre criticaram o templo e pediram que a fé se libertasse e fosse
para além do templo.

Alguns profetas, como Isaias e Jeremias, tiveram que assumir o templo como um fato consumado, mas tiraram
partido dele como lugar do ensino da Palavra, não como lugar de sacrifício. E Jesus retomou esta tradição profética. Na hora da sua prisão declarou aos seus algozes: “Todos os dias eu ensinava no templo e não me prendestes”. (Mc 14,49). O templo, com efeito, não era tradicionalmente lugar de ensino, mas sim de sacrifício. Fazer daquele lugar um lugar de profecia foi um ato crítico e subversivo.

Depois do exílio da Babilônia, os judeus fiéis se reuniam em sinagogas (casas da comunidade). Começou, então, uma tensão entre o judaísmo da sinagoga (baseado na Palavra) e o judaísmo do templo (baseado nos sacrifícios e no culto). O Cristianismo surgiu no meio do judaísmo das sinagogas e não no do templo. As reuniões dos primeiros cristãos, que marcaram a liturgia até hoje, seguiram o esquema da sinagoga, não do templo. Das sinagogas para as casas. E, de casa em casa, o Evangelho foi irradiando.

Na cena da limpeza do templo o zelo vigoroso demonstrado por Jesus não foi em defesa daquela obra feita pela mão do homem. “Ele se referia ao templo do seu corpo” (Jo 2,21) e também à morada de Deus, isto é “àquele que o ama e cumpre sua palavra” (Jo14,23) e sobretudo ao faminto, ao sedento, ao migrante, ao nu, ao doente, ao preso, às vítimas da opressão e da exploração. (Cf. Mt 23). Jesus se proclama maior do que o templo (Mt 12,6). Ele veio construir um templo não feito por mão humana (Mc 14,58). Ao celebrar sua oblação perfeita ao Pai Ele optou por fazê-la fora do templo e fora da cidade. O templo novo é o seu corpo ressuscitado (Jo 2,20). No Apocalipse, quando é anunciada a nova Jerusalém, o autor insiste que ela não tem mais templo porque o próprio Deus é o seu templo (Ap 21,22).

2. Templos e catedrais na história da Igreja

Há um paradoxo e uma contradição no fato dos judeus, para os quais o templo se tinha tornado o sacramento da presença divina, não terem querido reconstruir o templo depois de sua destruição no ano 70, enquanto os cristãos, que receberam tantas advertências de Jesus, multiplicaram os lugares de culto.

À medida que a Igreja se incorporou ao Império e se tornou uma Igreja Cristandade, ocupou os antigos templos pagãos e os transformou em templos da nova religião oficial que era a Igreja cristã. Da Idade Média até os nossos dias, as catedrais, construídas nas praças centrais e ao lado do poder político se tornaram símbolos
de uma Igreja que o Concílio Vaticano II procurou superar. Segundo a Lúmen Gentium, “Assim como o Cristo consumou a obra da redenção na pobreza e na perseguição, assim a Igreja é chamada a seguir o mesmo
caminho. Cristo foi enviado pelo Pai para ‘evangelizar os pobres, sanar os contritos de coração’ (Lc 4,18), semelhantemente a Igreja cerca de amor todos os afligidos pela fraqueza humana, reconhece mesmo
nos pobres e sofredores a imagem do seu Fundador pobre e sofredor” (LG nº 8). Dom Hélder Câmara, por exemplo, fiel a este novo espírito, foi na direção da periferia. Escolheu “a igreja das fronteiras” e fez das
comunidades de periferia o lugar da cátedra do pastor. Dom Paulo Evaristo Arns, em 1973, vendeu o palácio episcopal e com o dinheiro construiu inúmeros centros comunitários na periferia de São Paulo, onde as Comunidades Eclesiais de Base passaram a se reunir para círculos bíblicos, celebrações da Palavra e da vida e lutar pelos direitos humanos. Mesmo em plena Cristandade, pastores como João Crisóstomo, Basílio e, no Ocidente, Ambrósio e Agostinho insistem que o verdadeiro templo de Deus e a glória da Igreja são os pobres. E João Crisóstomo fazia os pobres sentarem em sua cátedra na Igreja de Constantinopla.

A celebração dos sacramentos polarizada pelo altar, assim como a devoção e o culto dos santos polarizados pelo santuário, tornaram-se, durante séculos, a marca característica das igrejas católicas, infelizmente esvaziadas da Palavra. Inversamente,as igrejas da Reforma protestante deram um lugar primordial ao púlpito
e à Bíblia, lida e assumida, com muito empenho, por todos os membros da comunidade. Foi o Concílio Vaticano II que, através das Constituições Dei Verbum e Sacrosanctum Concilium, restabeleceu o equilíbrio original entre o altar e o púlpito, valorizando a Palavra, que passou a integrar as celebrações dos sacramentos e readquiriu o lugar que ela tinha na vida da primitiva Igreja dos Apóstolos e dos mártires. Na construção das novas igrejas começaram até a aparecer soluções arquitetônicas criativas preocupadas em garantir a boa acústica, que favoreça a audição clara, para todos os participantes, de tudo o que é proclamado na liturgia.

As comunidades precisam sim de lugares para se reunirem e terem seu culto. Elas gostam que estes lugares sejam belos, dignos e venerados. Entretanto, é importante esclarecer que o templo é símbolo e sacramento da comunidade viva e deve ser o lugar da comunidade e não o instrumento do poder clerical ou episcopal, construído nos mesmos critérios dos templos que antigamente legitimavam o domínio dos poderosos do mundo.

“Vocês não podem servir a Deus e ao Dinheiro (Mamon)”, disse Jesus. (Mt 6,24). O termo “servir” refere-se ao culto e o nome “Dinheiro” é sinônimo de “Mamon”, o ídolo. O povo de Deus, povo sacerdotal, ao mesmo tempo que no templo ou fora do templo, isto é, na vida prática, cultua o Senhor, deve ser uma clara denúncia da
monstruosa idolatria que domina no mundo. Em l989, para preparar a conferência do Conselho Mundial de Igrejas sobre “Justiça, Paz e Defesa da Criação”, Ulrich Ducrow escrevia: “Quando vemos os mecanismos de um sistema econômico que, ano após ano, cria milhões de vítimas da fome e milhões de desempregados, quando vemos as florestas morrerem para permitir o lucro das empresas e vemos as superpotências continuarem a louca corrida armamentista, devemos admitir que estamos diante de um monstro demoníaco. De fato, os capítulos 13 a 18 do Apocalipse, com a sua descrição da Fera que sobe do abismo, são ainda a melhor descrição do atual sistema econômico, político e de seus meios de comunicação”. Pois bem, esta terrível idolatria tem seus “Templos”. Os bancos centrais superam em visibilidade arquitetônica qualquer catedral de qualquer parte do mundo. Eles são Templos. Têm seus sacerdotes, seu santo dos santos, seus sacrários de segurança máxima, acessíveis a poucos e onde guardam seu deus. Vamos nos contrapor a isso usando os mesmos critérios de grandiosidade e de poder ou seguiremos os caminhos da pequenez e do não-poder apontados por Jesus como força imbatível na construção do Reino de Deus?

Eram estas reflexões, Irmãos, que queria lhes comunicar, com simplicidade, na certeza de que podem surtir algum efeito prático. Do meu lado fico à disposição de vocês para qualquer reação a isto que não deixa de ser uma fraterna provocação.


Saúdo-os com fraterna amizade no Senhor Jesus, nosso Templo vivo.

Dom Tomás Balduino
Bispo emérito de Goiás
dombalduino@cptnacional.org.br