sexta-feira, 17 de agosto de 2012

de Arnaldo Zenteno, sobre las Amenazas y el diluyrse

Queridos amigos Teo y Maríns:

Me alegro recibir su carta y lo que me comentas de mis envíos. Y gracias por compartirme que esa iniciativa de la Reflexión sobre las amenazas y debilidades de las CEB te la está pidiendo Socorro y es como a nivel Continental.

No sé para cuándo quieres la respuesta. En el Equipo Animador de las CEB de acá vamos a estudiar más profundamente el folleto de los compromisos del Encuentro Latinoamericano CEB y creo que ahí saldrá mucho de lo que preguntas. Lo vamos a estudiar con más calma y ya le dimos una primera vuelta. Un problema concreto para mi es que el día 22 salgo para México y regreso hasta después de 20 días, y quería enviarte no sólo lo que pienso, sino lo que vemos como Equipo.

De todas maneras quiero decirte una primera reacción que me brota y que curiosamente encontré también en un escrito de Comblin que me llegó estos días. Creo que una amenaza muy concreta para las CEB es el afán que hay en muchas partes de ser reconocidas e incorporadas a las parroquias. No digo que esto sea malo, pero corre el riesgo y es una amenaza porque pueden quedar sometidas o supeditadas ellas y su carisma a la organización parroquial y volverse un grupo más entre otros grupos.

Igualmente está lo que ya has señalado tú también y que yo puse en un artículo: está el querer asimilarlas a las pequeñas Comunidades. Te acuerdas que yo escribía. Las CEB son pequeñas Comunidades, pero no sólo pequeñas Comunidades. Y me llama la atención que en Guatemala que suelen ser muy lúcidos, en su encuentro nacional pusieron el último año Encuentro nacional CEB y pequeñas Comunidades.

Esto es lo que encontré en Comblin: Las CEBs fueron reconocidas por la jerarquía latinoamericana, pero no consiguieron estatuto jurídico, porque siempre fueron vistas con desconfianza por Roma, imaginando que fuesen una infiltración marxista de la lucha de clases en la Iglesia. En efecto, a partir del momento en que los pobres son vistos como sujetos activos, renace la desconfianza de que esto es lucha de clases. ¡Los buenos pobres son los pobres bien comportados y agradecidos!

Con el correr de los tiempos, se vio que las CEBs habían sido sólo una etapa en la búsqueda de una Iglesia de los pobres, pero aún no eran la Iglesia de los pobres. Las CEBs dieron un paso fundamental. Frente a la resistencia actual del clero y de la voluntad de muchos de volver atrás, necesita afirmar el valor de este paso y buscar “más allá de” y no “más acá de”.

Las CEBs se parroquializaron y, como consecuencia, perdieron el contacto con los más pobres 207. El ritmo parroquial supone nivel cultural más elevado, más exigente, más organizado. Las CEBs fueron constituidas de pobres, pero ya no son más de los más pobres. No entran en ellas los excluidos. Los que de ellas participan son los pobres que ya lograron un mínimo de estabilidad en la vida. En lugar de avanzar más para los pobres, las CEBs se cierran en un cierto nivel cultural que corresponde a una élite entre los pobres. Como siempre ha ocurrido en la historia de la Iglesia, el nivel social y cultural de las instituciones fundadas para los pobres o por los pobres, sube. y los pobres quedan postergados. Para que las CEBs puedan volver a los orígenes, necesitan volver hacia los más pobres y recomenzar a partir del nivel mucho más simple de los pobres.

A la medida en que las CEBs adoptan el programa de actividades de las parroquias, no ofrecen más interés para los pobres. Las CEBs ya dieron respuestas eficaces a los pobres, y continúan respondiendo parcialmente bien, pero corren el peligro de caer en el formalismo y en la mediocridad. Puede fácilmente ocurrir lo que pasó con varios institutos religiosos fundados para el servicio de los pobres que, después de un siglo, están zambullidos en la cultura burguesa.

Sin embargo, el actual desprestigio de las CEBs entre el clero no viene de sus insuficiencias para atender a los pobres. Lo que ocurre es que el clero volvió a olvidarse de los pobres. Las instituciones que actualmente prevalecen en la Iglesia, son los “movimientos”, prácticamente todos de clase media y con buen patrón de vida. No tienen nada contra los pobres, pero se olvidan de ellos 208.

Hay aquí un fenómeno de asimilación al modelo neoliberal dominante. En la época del “estado de bienestar” era doctrina política oficial la necesidad de redistribuir y de asegurar a los más pobres un nivel de vida mínimo. En el liberalismo esto es considerado perjudicial. Los neoliberales preconizan la supresión de la ayuda a los pobres, pues sería contraproducente. En lugar de resolver el problema de la pobreza, dicen ellos, la ayuda la alimenta; no estimula a los pobres a salir de su pobreza, sino que estimula la pereza 209. Desde Reagan, a lo largo de la década de los 80, la doctrina dominante en Estados Unidos es la de que es necesario reducir los gastos sociales 210
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207 Puede ser que este diagnóstico no tenga igual valor en todas las regiones d e Brasil. Mi experiencia directa muestra que es así en el Nordeste y en San Pablo. Puede ser que en Rio de Janeiro, Rio Grande del Sur, Paraná, Minas Gerais, etc., las comunidades sean más independientes del clero, menos parroquializadas y más dedicadas a las necesidades y a la lucha de los pobres, como eran en el pasado, digamos que hasta más o menos 1985.
208. Cf. Movimenti nella Chiesa, Jaca Books, Milan, 1982; M. Camisasca-- M. Vitale (Ed.). I movimenti nella Chiesa negli anni 80; Antonio Alves de Melo, A evangelização no Brasil. Dimensões teológicas e desafios pastorais, Roma, Gregoriana, 1996, pp.222 – 232; Antonio Alves de Melo, “Clase media y opção preferencial pelos pobres”, en REB, 43 (1983), pp. 340 – 350; Salvatore Abbruzzese, “Comunione e liberazione”. Identité catholique et desqualification du monde, Cerf., Paris, 1989
209 Esta es la justificación siempre usada por las burguesías para negar toda ayuda a los pobres y enriquecerse impunemente y con buena conciencia. Muchos harían suya la apreciación de Benjamín Franklin sobre la Inglaterra de su tiempo: “No hay país en el mundo donde haya tantas disposiciones para favorecerlos (a los pobres), donde haya tantos hospitales para recibirlos cuando están enfermos, hospitales fundados y mantenidos por la caridad voluntaria; donde haya tantos asilos para ancianos de cada sexo, juntamente con una ley solemne hecha por los ricos que les grava las propiedades con un pesado impuesto para mantener a los pobres... En resumen, es un estímulo para alentar la pereza, y no es extraño que haya contribuido para aumentar la pobreza”, citado por Gertrude Himmelfarb, La idea de pobreza. Inglaterra a principios de la era industrial, FCE, México, 1988, p.13 ( orig. 1983).
210 De la vasta literatura destacamos solamente: Robert B. Reich, El trabajo de las naciones, Vergara, Buenos Aires, 1993 (orig. 1991), pp. 247 – 255; John Kennett Galbraith, La cultura de la satisfacción, Emecé, Buenos Aires, 1992 (orig. 1992), pp. 51 – 60.
Te he puesto en negrita en el texto de Comblin lo que nos interesa directamente conforme a tu pregunta. Los párrafos que cito están tomados de un libro de Comblin sobre el Pueblo de Dios(*) Traducción al castellano del libro El Pueblo de Dios del P. José Comblin, publicado en:Portugués, O Povo de Deus, Ed. Paulus, Sao Paulo, Brasil, 2002, 410 p.
Inglés: People of God, Orbis Books, Maryknoll, New York, EEUU; 2004, 230 p.
Italiano: Il Popolo di Dio, Servitium Citta Aperta, Troina, Italia, 2007, 404 p.
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Creo que otra amenaza es perder su espíritu misionero que es esencial en su identidad y eso se puede perder para evitar conflictos con los párrocos en las parroquias que se sienten invadidos si vas a espacios dentro de su territorio y esto corresponde a su concepción de una iglesia territorial tanto a nivel diócesis como parroquia.

Otra amenaza o debilidad es que muchas veces las Comunidades se van convirtiendo sólo en grupo de reflexión que se reúnen cada semana, comparten, oran en común, hacen muy buena reflexión Bíblica, pero prácticamente no llegan al actuar.

En esta misma línea está lo referente a lo político. Unas pocas Comunidades se centran en lo político y a veces en lo político partidario casi como lo principal en su caminar y en su actuar, pero creo que muchas por experiencias pasadas, se van al otro extremo o sea a huir del compromiso que tenga que ver con lo político. Por cierto hace tiempo te envié un artículo inspirado en un estudio de Brasil sobre la importancia del compromiso político en la historia de las CEB allá en Brasil. Y por último ligado a esto que vengo diciendo está también el diluirse el compromiso profético. En Nicaragua vivimos intensamente el compromiso profético en las denuncias y anuncio en tiempo de la dictadura de Somoza, en tiempo de la Guerra que impuso Reagan USA y también aunque menos en los 16 años de los gobiernos neoliberales, pero en tiempo del Gobierno que se supone popular y en parte los es de los sandinistas, no suele escucharse la voz profética en relación al gobierno y a la situación política. Y esto pasa en parte porque la voz de los Obispos está siempre en contra del Gobierno y es como voz de la oposición. Entonces las CEB no quieren estar en el mismo tren. Y de parte del Frente y de los sandinitas ortodoxos y no críticos, si criticas al Frente te asimilan con la oposición (con los partidos políticos liberales y con la sociedad civil ligada a ellos).

Por ahora dejo aquí esto pues tengo que hacer otras historias y a nivel CEB estamos ahora más absorbidos en la preparación del Festival Ecológico del próximo domingo.

Con fraterno abrazo,

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