sábado, 25 de agosto de 2012

Homilia 25 de agosto 2012, Delray,Fl.USA


DIA 26 DE AGOSTO. João 6,60-69 – (José Marins)
# Todo estaba bien. Los motores a todo dar y el Boeing 737 arrancó ganando velocidad en la pista de despegue. En menos de un minuto estaríamos subiendo en la dirección de los cielos de Salt Lake City.
Entonces escuchamos que perdimos velocidad y poco después dejábamos la pista principal. Volvíamos al pateo de maniobras.
Los pasajeros curiosos y preocupados, miraban hacia afuera por las ventanillas. El silencio era pesado. Y el comandante anunció:
- Interrumpimos la operación, porque se prendieron las luces rojas de emergencia. Llamamos a los técnicos para que vengan ayudarnos. Lo cierto es que más vale perder algunas horas aquí, interpretando las señales recibidas, que arriba entre las nubes.
Solamente vimos sonrisas “amarillas”, pues a los pasajeros no les impresionó el chiste.
# Ese evento lo vamos a tomar hoy como una parábola que nos coloca dentro del Evangelio de hoy (Juan 6, 60-69) y dentro de nuestra realidad eclesial contemporánea.
Ese texto Bíblico suele ser llamado de “La crisis de Cafarnaún”.
- “A partir de entonces, muchos de sus discípulos dieron un paso atrás y dejaron de seguirlo. Y Jesús preguntó a los Doce: Acaso ustedes también quieren dejarme?”
Hubo una primera etapa de gran entusiasmo por Jesús. Eran muchedumbres que lo buscaban. No le daban tiempo ni para comer. Y ahora, lo dejan. Hasta los más íntimos podrían estar dudando.
En la realidad eclesial contemporánea, los líderes y ministros andan demasiado ocupados para tomar en cuenta las razones profundas de las crises. No la pueden negar, pero minimizan la gravedad y repiten las 7 excusas fatales:
1. No tenemos tiempo a perder ahora. Lo veremos en los momentos ya previstos para las revisiones;
2. Los problemas pueden ajustarse por ellos mismos, no exagerar desafíos que no son graves;
3. Has revisiones han sido hechas a su tiempo, no hay razón para asustarse;
4. Nuestra Iglesia, a lo largo de los siglos sobrevivió siempre a todo tipo de crisis; esta no es la primera, tampoco será la última;
5. No es la primera vez que aparece un problema, si a cada momento nos detenemos para examinar, no avanzaremos nunca;
6. Hay que confiar en los comandantes que Dios mismo escogió para dirigirnos;
7. Además Dios mismo nos aseguró que estaría con nosotros hasta el final de los siglos. El nos dará la gracia que necesitamos para este momento
SIN EMBARGO…
Crisis graves esperan sanación no solamente de los efectos, sino en las causas recientes y estructurales:
1. Abuso de menores, millones de cristianos en casi todo el mundo están dejando la Iglesia sea silenciosamente, sea con escándalos de denuncias;
2. Muchos que dejaran la Iglesia por otra tradición religiosa, se tornaron mejores y perseveraran y no piensa volver atrás;
3. Nos católicos son bautizados sin conversión previa, con la responsabilidad de un día convertirse con la ayuda del medio familiar o social ya cristianizado… Lo que no viene acontecimiento en los últimos 900 años
4. La formación dada a la gente, no es adecuada para el momento y realidad donde se encuentran por toda la vida;
5. Los bautizados no forman un Pueblo de Dios, sino que se sienten meros seguidores de una religión de reglas y amenazas;
6. Los ministros ordenados son, en verdad, los únicos sujetos que detienen todo poder religioso e toman todas las decisiones; están ocupados con los sacramentos, devociones, administración y de dar un mínimo de enseñanza;
7. La Iglesia católica ya no es atractiva, sus miembros desde muchos siglos dejaron de ser misioneros y muchas veces antes han sido proselitistas, casi siempre usando de la fuerza política, social.
TRES DECISIONES DEBEN SER RETOMADAS O IMPLEMENTADAS:
PRIMERA: retomar a propia identidad de Pueblo de Dios – reconstruir o formar comunidades. SEGUNDA: formación adecuada – bíblica, cristológica, eclesiológica
TERCERA: asumir la misión del Reino de Dios.

Nenhum comentário:

Postar um comentário