terça-feira, 11 de outubro de 2011

Una parábola

La situación económica de la familia Sánchez estaba día a día más crítica, muchas deudas, pocos recursos disponibles, falta de trabajo.
Pancho tomó única decisión para el posible – se fue a USA buscando trabajo y aviso que pronto esperaba poder enviar algún dólar.
Y así fue. Al final del mes, llegó su primer cheque. Lupita, la esposa, lo abrió el sobre y allí estaba una carta y 500 dólares. No lo podía creer. Nunca había visto tanto dinero de una única vez.
   En aquella misma tarde fue al Banco y cambió el cheque. Después a la tienda y se compró ropa nueva para todos los hijos/as y también para ella y su mamá.
       Dos semanas después, otra carta de Pacho, con 800 dólares. Estaba ahora con dos trabajos, vivía en un cuarto pobre y se alimentaba con comida chatarra. Nunca se tomó bebida alcohólica.
Lupita guardo la carta, sin leerla (pronto voy hacerlo) y organizó la quinceañera de Marlene, la hija mayor. Hasta “mariachis” tuvo.
Periódicamente fueron llegando los cheques y las cartas (estas bien guardadas sin leerlas, pues Lupe conocía muy bien a su esposo y bien imaginaba lo que le diría. Pero se fue comprando todo lo que una casa decente se suponía tener: televisión con pantalla de plasma, sistema de aire acondicionado, colchones de agua, una computadora para cada cuarto y mucho, mucho más.
     Después de dos años, Pancho dejó USA y volvió a su pueblito. Su casa estaba irreconocible, de hacer envidia a todos los vecinos.
-    Lupe, la casa está magnífica. Quería preguntarte sobre el pago de nuestras deudas. Lo que te he recomendado en todas las cartas: al sr. Antonio, a quien debemos nuestra casa; a mi tío Agenor, que me prestó mil dólares para ir a USA; al hospital, por lo de tu último parto; lo que saqué del Banco con juros altos, para poder pagar el préstamo hecho para los funerales de mi papa?
-    No Pancho… nunca he tenido ni tiempo, ni condiciones para leer tus cartas…
-    Entonces  has gastado todo y no te preocupaste en saber lo que yo quería?
+++
Esta parábola es sobre la Palabra de Dios, que nos viene con sus dones: el de habernos creado, dado salud, confiado en que nosotros usaríamos lo recibido de, según sus planes. Despilfarramos todo y no nos preocupamos de conocer su voluntad explicitada en sus mensajes… (Esta história está inspirada en una conversación con el Pe.Dr.José Sanchez Sanchez de la diócesis de Ciudad Guzmán, Jalisco, México

Nenhum comentário:

Postar um comentário