LA IGLESIA DE AMÉRICA LATINA EN OTRO MOMENTO HISTÓRICO
En tres décadas,
en el Brasil, después de Puerto Rico y Guatemala, los Pentecostales van a ser
la mayoría. Esos países y varios otros dejaran de ser un “país católico”.
En mi país, hace treinta años, 89% de la
población se declaraba seguidora de la Iglesia Católica. Ahora, el Censo de
2010 reveló que esa proporción bajo para 65%. El número de fieles, por primera
vez, cayó. En 2012 hay en el país casi dos millones de católicos menos que en
la década anterior. (Datos en artículo; “Brasil, un país de evangélicos”, Julia
Carvalho, Rev. Veja 4 Julio 2012, pág. 62). Nosotros los católicos, vamos tener más
sacerdotes, mas diócesis y más seminaristas y menos católicos.
Evidentemente,
estamos hablando de la realidad numérica, no la cualitativa. Además, es posible
siempre pensar en una perspectiva consoladora: - La iglesia Católica sobrevivió
dos mil años no siempre fáciles; la crisis nos puede unir y seremos más
coherentes con nuestras opciones por el Proyecto de Dios, proclamado por Jesús!
Esa, es
ciertamente, la mejor de las hipótesis. Infelizmente no parece ser la más
probable, si tomamos en cuenta las prioridades pastorales actualmente
dominantes. Una cosa es lo que desearíamos, otra la realidad. Basta que nos
preguntemos donde estamos gastando los recursos de personal, tiempo y reservas
económicas. Con cuál “garra” los católicos, considerados como conjunto, se
disponen a enfrentar los desafíos contemporáneos? Lo que se ve, en los niveles
de “comando” es una retirada hacia posiciones del pasado, como si desde
aquellos tiempos se podría solucionar problemas de hoy.
Por partes: No resta duda que la Iglesia no nació para ser
mayoría numérica, sino para ser fermento, que es siempre menor que la masa y
actúa desde “minoridad”. Pero esa es
precisamente el corazón del reto contemporáneo. - El modelo actual del
catolicismo no está incidiendo en la vida de los bautizados. La mayoría de los
que han recibido los sacramentos de iniciación (bautismo, primera comunión...
hasta el crisma) no asumió la fe cristiana como su modo de vida, sino como mera
doctrina religiosa, entre muchas otras, aún que se proclame ser la mejor de
todas.
Las generaciones cristianas que nos
precedieron, según lo que nos cuentan, entendían su fe como el modo de ser tanto
individual como colectivo. La fe que habían abrazado era una referencia
indiscutible. Ella orientaba no solo la conciencia individual, sino la vida
familiar, social, económica, cultural. Se trataba de un Pueblo Mesiánico.
En el presente
momento contamos con millones de personas que han sido bautizadas, y sin
embargo no se convirtieron. No están evangelizadas. No tienen a Jesucristo y
sus enseñanzas como la orientación de su presente y futuro. Se denominan "
cristianos", pero no lo son. Lo mismo les da ser miembro de la Iglesia
católica, como "hincha" de un equipo de futbol. A la mejor los hinchas
son más fieles a su club. Para millones que siguen siendo bautizando, ese rito
(o sacramento, como quiere la Iglesia), significa que tienen su nombre, y lo de
sus padres y padrinos, escritos en un libro parroquial en alguna parte del
país. Tratase de una burocracia que garantiza los documentos necesarios para
que se pueda casar “por la Iglesia” y en algunos casos, para que los hijos sean
admitidos en una competente escuela católica. Apenas una minoría de 10% a 15%
de los registrados en los mencionados archivos, comparecen regularmente a una
misa dominical. Pero aún eso no significa mucho. No se trata de una asamblea
reunida para decidir sobre el caminar cristiano contemporáneo. Por lo general
son masas anónimas y pasivas. Escuchan sin poder preguntar o contestar,
colaboran con la colecta sin saber exactamente adonde será usada, no conocen el
nombre de quienes están sentados en el mismo banco, no cantan (la mayoría de
los coros parroquiales no ayudan en eso), no entienden la mitad de lo que
escuchan, son anónimos y van a continuar así hasta el final de sus vidas. Y eso
no los molesta.
Cuando los
ministros afirman y piensan honestamente que esas muchedumbres que todavía
llenan los templos al domingo, son los sujetos de una comunidad
estructuralmente formada para transformar el mundo, de acuerdo con las
propuestas de Jesucristo… quien los escucha con atención tendría todo el
derecho de preguntar:
- Los obispos que publican tantos documentos; los curas que
nunca tienen tiempo para escuchar y dialogar con los fieles que jamás
participaron de una pequeña instancia misionera, pueden ser identificados como
la comunidad que continua la misión de Jesús, o forman un “gheto”? Cuando nos
hablan del Evangelio y de la Iglesia, señal y primicia del Reino de Dios,
estarían jugando con nosotros para ver como reaccionamos, o nos están tomando
por idiotas?
VEMOS ENTONCES,
EL RIESGO DE LOS PIADOSOS CON INICIATIVAS!
Un obispo católico de una ciudad latino americana… ha
interpretado, en pleno uso de razón y total honestidad religiosa, que el año de
la fe decidido por el Papa de aquel tiempo tendría que significar un aumento
numérico de celebraciones Eucarísticas. Entonces, tomó una iniciativa que, de acuerdo con su visión teológica,
sería la más apropiada, digamos “infalible”.
Sin consultar
la opinión de sus consejeros (que ciertamente existían o, por lo menos, habían
sido nombrados), se comprometió a pagar cerca de 25 mil dólares (lo que en aquel
tiempo, antes de la gran inflación, era mucho dinero) para pagar el espacio
televisivo de una misa mensual - a las 9.30a horas de la mañana de un lunes.
Misa celebrada, por supuesto, por el
Su-Excelencia, el mismo dignatario eclesiástico que tuvo la intuición.
Comparecieron a
la catedral, para el acto religioso, las personas de las llamadas tercera y
cuarta edades. Al tratarse, evidentemente, no de un horario televisivo noble,
sino del menos buscado, en las casas, los tele-espectadores fueron los enfermos
crónicos y los jubilados. Los únicos disponibles delante del video, en un lunes
a las 9.00 de la mañana. La población todavía operante se fue al trabajo, al
mercado o a las escuelas.
Las reservas
económicas de las instituciones pastorales diocesanas han sido drenadas para el
pago del mencionado espacio televisivo. El mismo prelado colocó edificantemente
sus economías personales para el primer pago de los 25 mil dólares. Después,
para que el proyecto continuara funcionando, reunió las casas de las
congregaciones religiosas de su arquidiócesis y las "invitó" con
suaves e persistentes presiones, y finalmente "determinó" que les
tocaría pagar el espacio alquilado para el siguiente mes (la fidelidad a la
Iglesia, la devoción mariana, en fin la sintonía con la autoridad eclesiásticas
estaban en juego. En el mes siguiente, el "honor" de colaborar
económicamente, tocó a los empresarios cristianos y así fueron siendo buscadas
y “convencidas” a participar, otras categorías de personas, que no han sido
consultadas si estaban de acuerdo con el proyecto, pero si han sido convocadas
para pagarlo.
Tengamos claro,
que nadie duda del valor de la Eucaristía. Lo que estaría en cuestión seria el proyecto colocado en marcha. Resta saber
si ese modo de proceder tiene cualquier chance de, en primer lugar, respetar la
misma Eucaristía sin transformarla ("manipularla") en instrumento
prestigio o de "resurgimiento" de instituciones católicas, aunque
beneméritas?
Los 25 mil
dólares mensuales, al final de cada año fueron 300 mil dólares. Ciertamente esa
considerable cantidad de dinero, una vez bien administrada, bastaría para, en
la misma arquidiócesis, mantener por más de 10 años, equipos de formación
bíblica, cursos intensivos de entrenamiento de asesores en los varios espacios
de responsabilidad eclesial.
# Esta historia
verdadera, es solo la parte visible de un “iceberg” de irresponsabilidades pastorales. El hecho
provoca preguntas más serias:
-Que instancia eclesial debe evaluar el procedimiento de
autoridades aún piadosas y ciertamente bien intencionadas, pero incompetentes y
al mismo tiempo dictatoriales en relación al caminar del Pueblo de Dios?
-Cómo desmitificar proyectos parroquiales, diocesanos
presentados con argumentos piadosos, pero claramente manipuladores u orientados
a mantener una falsa espiritualidad “pietista” y acciones inadecuadas que
terminan en desprestigio de la fe cristiana?
-Por que la escoja de autoridades eclesiásticas no puede
proceder con transparencia? En los primeros siglos, En la comunidad eclesial,
excepción mantenida a lo que ha sido directamente decidido por Jesús, los que
iban obedecer tenían el derecho de discernir y escoger sus autoridades.
# Dios y su Iglesia tienen derecho de
contar con hijos e hijas, que en el ejercicio de su ministerio, en su
dedicación a la causa de Jesús, por lo menos se esfuercen en actuar con
inteligencia y responsabilidad (José F. Marins)
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