segunda-feira, 17 de setembro de 2012

En otro momento histórico


LA IGLESIA DE AMÉRICA LATINA EN OTRO MOMENTO HISTÓRICO

       En tres décadas, en el Brasil, después de Puerto Rico y Guatemala, los Pentecostales van a ser la mayoría. Esos países y varios otros dejaran de ser un “país católico”.

       En mi país, hace treinta años, 89% de la población se declaraba seguidora de la Iglesia Católica. Ahora, el Censo de 2010 reveló que esa proporción bajo para 65%. El número de fieles, por primera vez, cayó. En 2012 hay en el país casi dos millones de católicos menos que en la década anterior. (Datos en artículo; “Brasil, un país de evangélicos”, Julia Carvalho, Rev. Veja 4 Julio 2012, pág. 62).   Nosotros los católicos, vamos tener más sacerdotes, mas diócesis y más seminaristas y menos católicos.

       Evidentemente, estamos hablando de la realidad numérica, no la cualitativa. Además, es posible siempre pensar en una perspectiva consoladora: - La iglesia Católica sobrevivió dos mil años no siempre fáciles; la crisis nos puede unir y seremos más coherentes con nuestras opciones por el Proyecto de Dios, proclamado por Jesús!

       Esa, es ciertamente, la mejor de las hipótesis. Infelizmente no parece ser la más probable, si tomamos en cuenta las prioridades pastorales actualmente dominantes. Una cosa es lo que desearíamos, otra la realidad. Basta que nos preguntemos donde estamos gastando los recursos de personal, tiempo y reservas económicas. Con cuál “garra” los católicos, considerados como conjunto, se disponen a enfrentar los desafíos contemporáneos? Lo que se ve, en los niveles de “comando” es una retirada hacia posiciones del pasado, como si desde aquellos tiempos se podría solucionar problemas de hoy.

Por partes: No resta duda que la Iglesia no nació para ser mayoría numérica, sino para ser fermento, que es siempre menor que la masa y actúa desde “minoridad”.  Pero esa es precisamente el corazón del reto contemporáneo. - El modelo actual del catolicismo no está incidiendo en la vida de los bautizados. La mayoría de los que han recibido los sacramentos de iniciación (bautismo, primera comunión... hasta el crisma) no asumió la fe cristiana como su modo de vida, sino como mera doctrina religiosa, entre muchas otras, aún que se proclame ser la mejor de todas.

        Las generaciones cristianas que nos precedieron, según lo que nos cuentan,  entendían su fe como el modo de ser tanto individual como colectivo. La fe que habían abrazado era una referencia indiscutible. Ella orientaba no solo la conciencia individual, sino la vida familiar, social, económica, cultural. Se trataba de un Pueblo Mesiánico.

       En el presente momento contamos con millones de personas que han sido bautizadas, y sin embargo no se convirtieron. No están evangelizadas. No tienen a Jesucristo y sus enseñanzas como la orientación de su presente y futuro. Se denominan " cristianos", pero no lo son. Lo mismo les da ser miembro de la Iglesia católica, como "hincha" de un equipo de futbol. A la mejor los hinchas son más fieles a su club. Para millones que siguen siendo bautizando, ese rito (o sacramento, como quiere la Iglesia), significa que tienen su nombre, y lo de sus padres y padrinos, escritos en un libro parroquial en alguna parte del país. Tratase de una burocracia que garantiza los documentos necesarios para que se pueda casar “por la Iglesia” y en algunos casos, para que los hijos sean admitidos en una competente escuela católica. Apenas una minoría de 10% a 15% de los registrados en los mencionados archivos, comparecen regularmente a una misa dominical. Pero aún eso no significa mucho. No se trata de una asamblea reunida para decidir sobre el caminar cristiano contemporáneo. Por lo general son masas anónimas y pasivas. Escuchan sin poder preguntar o contestar, colaboran con la colecta sin saber exactamente adonde será usada, no conocen el nombre de quienes están sentados en el mismo banco, no cantan (la mayoría de los coros parroquiales no ayudan en eso), no entienden la mitad de lo que escuchan, son anónimos y van a continuar así hasta el final de sus vidas. Y eso no los molesta.

       Cuando los ministros afirman y piensan honestamente que esas muchedumbres que todavía llenan los templos al domingo, son los sujetos de una comunidad estructuralmente formada para transformar el mundo, de acuerdo con las propuestas de Jesucristo… quien los escucha con atención tendría todo el derecho de preguntar:

- Los obispos que publican tantos documentos; los curas que nunca tienen tiempo para escuchar y dialogar con los fieles que jamás participaron de una pequeña instancia misionera, pueden ser identificados como la comunidad que continua la misión de Jesús, o forman un “gheto”? Cuando nos hablan del Evangelio y de la Iglesia, señal y primicia del Reino de Dios, estarían jugando con nosotros para ver como reaccionamos, o nos están tomando por idiotas?

       VEMOS ENTONCES, EL RIESGO DE LOS PIADOSOS CON INICIATIVAS!

Un obispo católico de una ciudad latino americana… ha interpretado, en pleno uso de razón y total honestidad religiosa, que el año de la fe decidido por el Papa de aquel tiempo tendría que significar un aumento numérico de celebraciones Eucarísticas. Entonces, tomó una iniciativa  que, de acuerdo con su visión teológica, sería la más apropiada, digamos “infalible”.

       Sin consultar la opinión de sus consejeros (que ciertamente existían o, por lo menos, habían sido nombrados), se comprometió a pagar cerca de 25 mil dólares (lo que en aquel tiempo, antes de la gran inflación, era mucho dinero) para pagar el espacio televisivo de una misa mensual - a las 9.30a horas de la mañana de un lunes. Misa celebrada, por supuesto,  por el Su-Excelencia, el mismo dignatario eclesiástico que tuvo la intuición.

       Comparecieron a la catedral, para el acto religioso, las personas de las llamadas tercera y cuarta edades. Al tratarse, evidentemente, no de un horario televisivo noble, sino del menos buscado, en las casas, los tele-espectadores fueron los enfermos crónicos y los jubilados. Los únicos disponibles delante del video, en un lunes a las 9.00 de la mañana. La población todavía operante se fue al trabajo, al mercado o a las escuelas.

       Las reservas económicas de las instituciones pastorales diocesanas han sido drenadas para el pago del mencionado espacio televisivo. El mismo prelado colocó edificantemente sus economías personales para el primer pago de los 25 mil dólares. Después, para que el proyecto continuara funcionando, reunió las casas de las congregaciones religiosas de su arquidiócesis y las "invitó" con suaves e persistentes presiones, y finalmente "determinó" que les tocaría pagar el espacio alquilado para el siguiente mes (la fidelidad a la Iglesia, la devoción mariana, en fin la sintonía con la autoridad eclesiásticas estaban en juego. En el mes siguiente, el "honor" de colaborar económicamente, tocó a los empresarios cristianos y así fueron siendo buscadas y “convencidas” a participar, otras categorías de personas, que no han sido consultadas si estaban de acuerdo con el proyecto, pero si han sido convocadas para pagarlo.

       Tengamos claro, que nadie duda del valor de la Eucaristía. Lo que estaría  en cuestión seria  el proyecto colocado en marcha. Resta saber si ese modo de proceder tiene cualquier chance de, en primer lugar, respetar la misma Eucaristía sin transformarla ("manipularla") en instrumento prestigio o de "resurgimiento" de instituciones católicas, aunque beneméritas?

       Los 25 mil dólares mensuales, al final de cada año fueron 300 mil dólares. Ciertamente esa considerable cantidad de dinero, una vez bien administrada, bastaría para, en la misma arquidiócesis, mantener por más de 10 años, equipos de formación bíblica, cursos intensivos de entrenamiento de asesores en los varios espacios de responsabilidad eclesial.

       # Esta historia verdadera, es solo la parte visible de un “iceberg” de  irresponsabilidades pastorales. El hecho provoca preguntas más serias: 

-Que instancia eclesial debe evaluar el procedimiento de autoridades aún piadosas y ciertamente bien intencionadas, pero incompetentes y al mismo tiempo dictatoriales en relación al caminar del Pueblo de Dios?

-Cómo desmitificar proyectos parroquiales, diocesanos presentados con argumentos piadosos, pero claramente manipuladores u orientados a mantener una falsa espiritualidad “pietista” y acciones inadecuadas que terminan en desprestigio de la fe cristiana?

-Por que la escoja de autoridades eclesiásticas no puede proceder con transparencia? En los primeros siglos, En la comunidad eclesial, excepción mantenida a lo que ha sido directamente decidido por Jesús, los que iban obedecer tenían el derecho de discernir y escoger sus autoridades.

       # Dios y su Iglesia tienen derecho de contar con hijos e hijas, que en el ejercicio de su ministerio, en su dedicación a la causa de Jesús, por lo menos se esfuercen en actuar con inteligencia y responsabilidad      (José F. Marins)

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