FUNDAMENTACIÓN BÍBICA Y TEOLÓGICA DE LAS
CEBs
1- INTRODUCCIÓN Y
DELIMITACIÓN DEL TRABAJO
Del contexto bíblico y de los artículos de José
Comblin[1] y de
Faustino Teixeira[2],
podemos sacar algunas conclusiones positivas y algunos retos desarrollados en
el modelo de la eclesiología actual. En un primer momento, intentamos partir
de la experiencia concreta de Jesús con la gente; en un segundo momento,
intentaremos ver el desarrollo de las primitivas comunidades alrededor de los
Apóstoles y pequeñas comunidades; pasando por la enseñanza del
Magisterio y finalizando por el contexto latinoamericano.
2- FUNDAMENTACIÓN BÍBLICA
- La experiencia de Jesús
con su pequeña comunidad de discípulos
En las tres fuentes de lectura y reflexión, Jesús
realiza una opción cercana a la gente en sus distintos contextos: por los
caminos, por las casas, en la sinagoga, en la calle y a veces en la montaña.
Cuando pensamos en una opción, tenemos que percibir la forma de presencia y
cuestiones que explicitaba Jesús.
José
Comblin basando su escrito en las reflexiones de J. Jeremias[3], aclara
el concepto de la presencia de Jesús en las casas, pero desarrollando más allá
de ella, en la manifestación mesiánica. Cierto que Jesús toco todas las
realidades de su época, partió de la experiencia concreta de la gente, de la percepción
que tenían sobre Dios y las estructuras religiosas del cotidiano..., para
proponer cambios posibles al hablar de Reino de Dios.
Al empezar su predicación, reúne alrededor de sí
mismo un pequeño grupo de discípulos que o escuchan. La predicación de la
necesidad de conversión y de la manifestación del Reino de Dios (Mc 1, 15) a
principio regenera entusiasmo y posibilidad de cambios. Jesús es visto como
Maestro (Mt 7, 28-29). Para mejor comprender el concepto de Reino de Dios, las
bienaventuranzas son necesarias por su contexto histórico (Mt 5, 1-12).
Con todo, en la confrontación de la predicación
del Reino de Dios con el judaísmo farisaico de época, podemos pensar en la
eclesiología actual.
1-
“¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que cerráis a los hombres
el Reino de los Cielos!” Mt 23,13;
2-
“¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que recorréis mar y tierra
para hacer un prosélito, y, cuando llega a serlo, le hacéis hijo de condenación
el doble que vosotros!” Mt 23,15;
3-
“¡Ay de vosotros, guías ciegos, que decís: "Si uno jura por el
Santuario, eso no es nada; mas si jura por el oro del Santuario, queda obligado!”
Mt 23,16;
4-
“¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que pagáis el diezmo de la
menta, del aneto y del comino, y descuidáis lo más importante de la Ley: la
justicia, la misericordia y la fe!” Mt 23, 23;
5-
“¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que purificáis por fuera
la copa y el plato, mientras por dentro están llenos de rapiña e intemperancia!”
Mt 23, 25-26;
6-
“¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, pues sois semejantes a
sepulcros blanqueados, que por fuera parecen bonitos, pero por dentro están
llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia!” Mt 23, 27;
7-
“¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, porque edificáis los
sepulcros de los profetas y adornáis los monumentos de los justos, y decís:
"Si nosotros hubiéramos vivido en el tiempo de nuestros padres, no
habríamos tenido parte con ellos en la sangre de los profetas!" Con lo
cual atestiguáis contra vosotros mismos que sois hijos de los que mataron a los
profetas” Mt 23, 29-31.
En el Reino de Dios, el pueblo en
general es Pueblo de Dios, categoría bíblica presente en el judaísmo antiguo,
universalizado en el cristianismo y rescatado en el Vaticano II[4]. Dios
continua realizando la invitación a su comunión divina (DV n° 2) y manifiesta su presencia en la
Iglesia.
¿Qué es importante comprender sobre la experiencia
de los fariseos y la propuesta de Jesús? En primer lugar, el judaísmo como la
expresión del Pueblo de Dios, de la antigua alianza se cerró en las tradiciones
humanas abandonando el precepto de esa experiencia de Dios, es decir,
invitación a la experiencia de Reino. En según lugar, Jesús enseña una nueva
comprensión de Dios a partir del contexto cultural de la gente y de sus
necesidades. De aquí, la necesidad de encarnar la teología en la vida del
pueblo[5].
- La experiencia eclesial de
Pablo en las casas y en la ciudad
En Hechos de los Apóstoles, comunidades de los
creyentes alrededor de los testigos de Jesús, la casa es la referencia de los
acontecimientos salvíficos, es decir, la manifestación del Resucitado en medio
de la comunidad que confirma la enseñanza, el culto, la caridad y el testimonio
de vida:
“Al llegar el día
de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar” Hech 2, 1.
“De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento
impetuoso, que llenó toda la casa en la que se encontraban” Hech 2, 2.
“Acudían al Templo
todos los días con perseverancia y con un mismo espíritu, partían el pan por
las casas y tomaban el alimento con alegría y sencillez de corazón” Hech 2, 46.
“Consciente de su
situación, marchó a casa de María, madre de Juan, por sobrenombre Marcos, donde
se hallaban muchos reunidos en oración” Hech 12, 12.
Una vez que Pablo es hombre de la ciudad[6],
comprende la Iglesia en la ciudad, sobre todo manifestada en la casa de algunos
líderes de estas distintas comunidades o familias[7]. En los
siglos posteriores, la Iglesia define dos espacios, el templo y la parroquia
como realidades de la presencia de Dios, es decir, espacios de culto y de
unidad (comunión).
En el mundo urbano griego
de Pablo, la misión asumió dos espacios previos: la casa y la ciudad. Más
tarde la Iglesia definió espacios propios: el templo, la parroquia. Esta
evolución, ¿permanece fiel a la intención de los apóstoles? ¿No será una
adaptación tal vez exagerada al mundo religioso pagano que tiene sus espacios
propios? ¿No será una fuga lejos del mundo real concreto en que Jesús fundó su
Iglesia, para separar en esta tierra un espacio sagrado propio, retirado de los
usos profanos?
3- MAGISTERIO
- Lumen Gentium
“En estas comunidades,
aunque sean frecuentemente pequeñas y pobres o vivan en la dispersión, está
presente Cristo, por cuya virtud se congrega la Iglesia una, santa, católica y
apostólica” LG 26.
- Medellín
“Denuncia
las estructuras sociales que generan pobreza y llama a promover la justicia
social. Pide
que se promueva la experiencia comunitaria desde la base. Que se procure la
formación del mayor número de Comunidades Eclesiales en las parroquias,
especialmente rurales o de marginados urbanos, las cuales deben basarse en la
Palabra de Dios, y realizarse en cuanto sea posible en, en la celebración de la
Eucaristía...” 6, 13.
“La
Iglesia ha de buscar que esa comunidad se convierta en familia de Dios, no
importa que sea pequeña pero que se convierta en un núcleo de fe, esperanza y
caridad. Ella es célula de la Iglesia y foco de evangelización. Sus líderes
pueden ser sacerdotes, religiosas o laicos, formados estos últimos para
desempeñar la función que el Señor les confió: sacerdotes, profetas y reyes”
15, 10-11.
- Puebla
“Es
de base por estar constituida por pocos miembros, en forma permanente y es
célula de la gran comunidad, pueden llegar a conducir ellas mismas su propia
espiritualidad. Ayudando en la construcción de la civilización del amor” 629-
641-643.
- Santo Domingo
“Presenta las CEBs, como modelo eclesial vital y
misionero” 61, 95, 259.
- Redemptores Missio
“Valora las comunidades
de base como un signo de vitalidad de la iglesia. Escuelas de espiritualidad,
foco de evangelización y promotoras de la civilización del amor” 51.
- Documento de Aparecida
“Se constata el florecimiento de las CEB, en la Iglesia, fuente de
renovación y evangelización” 178 -179.
“Se describen las CEBs, como “escuelas que han ayudado a formar
cristianos comprometidos con su fe discípulos y misioneros que dan testimonio
incluso en el martirio. Son fuente y semilla de variados servicios y
ministerios a favor de la vida y en la sociedad y en la iglesia” 99 e.
“Las CEB tienen como fuente de su espiritualidad la Palabra de Dios y la
guía de los pastores que asegura su eclesialidad. Despliegan a demás su
compromiso evangelizador y misionero, revitalizando la parroquia de modo que
sea comunidad de comunidades” 372.
Pbro. Antonio José Agudelo Bustamante antonioagudelob@gmail.com
Pbro. Carlos Benni Pereira da Veiga oecumenicum@gmail.com
[1]La Iglesia en la casa. Contribución
sobre los fundamentos de las Comunidades Eclesiales de Base. En: REB, nº 186, junio 1987, p. 320-355; de.
Vozes. Petrópolis, RJ.
[2]TEIXEIRA, Faustino. Las Comunidades Eclesiales en Brasil. Em:
Concilium. Estella, 1996. p.439-457.
[3]J. Jeremias, Teologia do Novo Testamento. A
pregação de Jesus, 2° ed., Ed. Paulinas, São Paulo 1980, p. 258-262.
[4]La congregación de todos
los creyentes que miran a Jesús como autor de la salvación y principio de la
unidad y de la paz, es la Iglesia convocada y constituida por Dios, para que
sea para todos y cada uno sacramento visible de esta unidad salvífica” (LG nº
9)
[5]“Los gozos y las
esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo,
sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas,
tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. Nada hay verdaderamente
humano que no encuentre eco en su corazón. La comunidad cristiana está
integrada por hombres que, reunidos en Cristo, son guiados por el Espíritu
Santo en su peregrinar hacia el reino del Padre y han recibido la buena nueva
de la salvación para comunicarla a todos. La Iglesia por ello se siente íntima
y realmente solidaria del genero humano y de su historia” (GS nº 1).
[6]“Pablo se retiró de Atenas y vino a Corinto. Allí
encontró a un judío, llamado Aquila, originario del Ponto, recién llegado de
Italia con Priscila, su mujer, por causa del decreto de Claudio que ordenaba
que salieran de Roma todos los judíos. Pablo se unió a ellos; y, como era
del mismo oficio que ellos, se quedó en su casa, y trabajaban juntos. Eran
fabricantes de tiendas” (Hech 18,1-3).
[7]“También os envían muchos saludos en el
Señor Aquila y Priscila con la Iglesia de su casa” I Cor 16,19; “Pablo… a Filemón… y a la Iglesia que se reúne en
tu casa” Flm 2; “Saludad a los hermanos de Laodicea como también a Ninfas y a
la Iglesia de su casa” Col 4, 15.
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